NUESTROS JOVENES SON EL FUTURO
TOMEMOS CONCIENCIA DE LA RESPONSABILIDAD QUE NOS TOCA COMO PADRES Y EDUCADORES.
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VANESA ELIZABETH SORIA
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sábado, 24 de noviembre de 2012
martes, 23 de octubre de 2012
PEDAGOGÍA: "LA ESCUELA"
Queridos niños, ¿sabéis lo que es la escuela?
“Me parece que todos estáis diciendo alegremente que sí. ¿Quién ignora que la escuela es el establecimiento a donde acuden los niños a instruirse y educarse, es decir, a recibir conocimientos útiles como la lectura, escritura, aritmética, etc. Y adquirir nociones de los deberes que tienen para con Dios, la patria y la sociedad en que viven? La escuela es la gran antorcha colocada en medio de las tinieblas de la ignorancia; en su recinto están los maestros, apóstoles de la ciencia, encargados de reunir en torno de ellos a los niños para disipar, con la luz de la verdad, las sombras que obscurecen las inteligencias sin cultivo, y enseñarles a distinguir el bien del mal, grabando en sus corazones los medios de practicar la virtud y huir del vicio. La escuela es el templo de la patria, en el que vuestros cariñosos maestros os enseñan los hechos gloriosos de nuestros ilustres antepasados, en ella hay erigidos altares a los grandes próceres: San Martín, Belgrano, Moreno, Rivadavia, Sarmiento son las imágenes que veneráis, como un tributo de gratitud que pagáis a sus esfuerzos. Nuestro país ocupa ya un lugar entre las naciones adelantadas del globo, por el estado de adelanto de su instrucción pública, casi no queda un pueblo en la República que no tenga escuela para educar a sus niños.… No olvidéis nunca la escuela donde recibisteis la primera instrucción y cuando seáis hombres y paséis por uno de estos edificios, descubríos con respeto cual si pasaseis por la puerta de un templo, puesto que sabéis que ése fue el de vuestra educación.” JUAN FERREYRA
La lectura del texto anterior nos sirve para pensar varios de los temas. Lo que se advierte en el relato es que estaba claramente establecido, al menos para el autor, cuál era la misión de la escuela, qué papel le otorgaba la sociedad y cómo se articulaba una formación ciudadana con los propósitos morales.
La escuela de la que nos habla el relato, está claramente identificada con un proyecto de país y transmite los propósitos de su formación: recibir conocimientos útiles y nociones sobre deberes para con Dios la patria y la sociedad. A su vez, dedica claramente un lugar y una labor -en ese proyecto- para el maestro (apóstoles de la ciencia).
Analizaremos el texto anterior y estableceremos las diferencias entre la escuela de principios del siglo XX y la actual.
A partir de ello:
Evidenciaremos cuáles son los valores y postulados que aún hoy, en forma explícita o implícita, perduran en la escuela.
Valiéndonos del último párrafo del texto leído, incorporaremos una idea que consideramos transversal en PEDAGOGIA.
El párrafo hace mención al reconocimiento que deberíamos tener al pasar frente a una escuela por lo que ella representó para nuestra educación. No es exactamente en este sentido que lo vamos a tomar, pero merece nuestra atención el hecho que cada uno de nosotros, antes de trabajar en una escuela, ha ocupado un lugar como alumno.
Es decir, la institución escolar tiene la particularidad de que cada uno de los miembros que allí desempeña funciones ha estado desde otro rol y con otras atribuciones formando parte de la institución escolar. No es habitual que quienes se desempeñen en una institución hayan estado en ella desde otra posición.
Sin embargo, para el caso de la escuela, todos los que allí trabajamos hemos pasado por ella. Es decir, tenemos una historia personal, subjetiva, con la institución. Si reafirmamos esta noción es porque consideramos que quienes cumplimos funciones en las escuelas portamos una historia, a la que llamaremos biografía escolar, que se actualiza con nuestra presencia allí.
Cuando decimos actualizar estamos sugiriendo que lo vivido en la historia personal deja marcas que tienen una implicancia en nuestro desempeño en la actualidad. El pasado de cada uno como alumno influye de algún modo en nuestra posición en la institución escolar. (Velazquez Mackenzie Gabriela)
La modernidad es la denominación a una etapa histórica de la Cultura Occidental, la cual trata de fijar la ruptura con la Edad Media, su verdadero reflejo se percibe en el desarrollo de cuatro elementos históricos: la urbanización (desde el Siglo XI), la burguesía, la ciencia experimental (desde el Siglo XV, consolidada a fines del XVI) y la Reforma Religiosa (principios del XVI). Estos cuatro elementos fueron desarrollándose y en esta sucesión de adaptaciones y cambios implican una nueva forma de concebir la realidad. Se concibe un nuevo lugar para el sujeto como protagonista de su historia y de la Historia, pero también como conocedor y hacedor de la realidad. Justo aquí podríamos agregar que “El conocimiento es poder” (Francis Bacon).
Todo esto que la ciencia demostró experimentalmente y construyó teóricamente, la burguesía lo había descubierto y con ello se enriquecía, a través del dominio de la naturaleza pasando al dominio financiero y luego al social encaminándose al político en pos de la Revolución Francesa, siendo la religión parte del mismo proceso. La Iglesia ya no es mediadora entre el hombre y Dios, hay que leer la Biblia para leer la Biblia hay que saber leer, además para leer la Biblia debe haber Biblias, todo esto trae aparejada una consecuencia educativa: Lutero entonces supeditó la escuela fuertemente a un fin religioso, la construyó universal, obligatoria y gratuita y la concibió como “obligación del Estado”. Y aquí está el origen de la cultura intelectual, enciclopedista, cientificista y realista del mundo influenciado culturalmente por la Reforma, aunque Lutero no era pedagogo, era un teólogo que se desvió hacia la política.
A partir de este momento aparece Comenio y se desarrolla con gran ímpetu la creación escolar.
Creo que hay un punto en común entre Comenio y Rousseau ya que este último considera que el niño es un ser inacabado con capacidades innatas para alcanzar logros superiores y convertirse en adulto y Comenio, piensa que la infancia supone mayor capacidad para aprender, porque cuando se es niño todavía no se sabe nada, por lo tanto la niñez es el punto de inicio y la base para el logro de metas superiores y la formación de un hombre completo y complejo. Comenio dice “todo a todos” y por su parte Rousseau habla de la necesidad de “respetar los tiempos de la niñez”.
En lo que difieren es en la manera, en el método, pero esto también sucede actualmente, elegimos la metodología que más se adapte al grupo para que el alumno aprenda, razone, piense, reflexione de forma crítica, que se forme como un ciudadano con valores.
Hoy podemos decir que es importante garantizar el acceso al conocimiento de todos los niños, respetando sus tiempos, intereses y "saberes", aunque estamos pasando por una etapa difícil, mucha incertidumbre para todos. Hablamos de contener a los niños, ¿y a los maestros?¿quién los ayuda, quién les muestra el camino más adecuado para resolver situaciones de violencia, de abuso, generadas por la pobreza, la marginación, el abandono?. Ya no sirve ese planteo de métodos sin opciones, para un grupo heterogéneo de niños, aunque todavía muchos educadores parecen ser fieles discípulos de Comenio cuando dice "Todo a todos".
Una vez incluido en la escuela, el niño es sometido a una serie de prácticas, las prácticas pedagógicas, con un fuerte carácter normalizador: la escuela define lo que es esperable y lo que no, lo que significa un “niño normal”, un “alumno medio”, ofreciendo ambos como términos de comparación para el comportamiento y el desempeño de los sujetos reales.
De esta manera podemos caracterizar al aprendizaje escolar como un tipo específico de aprendizaje que:
De esta manera podemos caracterizar al aprendizaje escolar como un tipo específico de aprendizaje que:
•Tiene lugar en el marco de los procesos educacionales formales, se diferencia tanto de los aprendizajes naturales y espontáneos que se producen en la vida cotidiana, como del aprendizaje en las situaciones de crianza.
•Es de carácter artificial porque está determinado y caracterizado por el dispositivo escolar como el producto del proyecto político y social sobre la infancia, pues ésta se constituye a partir del proceso de escolarización y comienza a distinguirse cuando paulatinamente se recorta la figura del niño como un ser heterónomo, con necesidad de protección y un desarrollo específico.
•Está marcado por los determinantes duros del dispositivo escolar: la organización graduada, obligatoria y una particular organización espacio - temporal.
•Su modalidad radica en el uso que promueve y efectúa de instrumentos semióticos (como la escritura) y de los lenguajes formales (como el matemático) produciendo efectos descontextualizadores sobre el desarrollo cognitivo
Uno de los principales males de la escuela tradicional estaba en el casi completo aislamiento de la vida social real, no se le daba significación al aprendizaje. Esto no significa que la educación no se centre en el niño, es evidente que empieza y termina con él. Pero este no es algo aislado, su experiencia no está completa en sus impulsos y emociones sino que debe proyectarse al mundo de los objetos y personas.
Una de las principales utopías de la escuela de hoy, es terminar con las desigualdades existentes entre la realidad escolar y la que el alumno experimenta con el mundo que lo rodea, no ofrecerle al alumno una sola realidad.
De esta forma el discurso pedagógico experimentó otras transformaciones importantes a partir de la aparición de la llamada “pedagogía de estado”, que ha tenido un papel primordial en la instauración de los sistemas educativos modernos, en la inmensa escolarización de masas que se inició en el siglo XIX. Al colocarse el Estado como garante y controlador de la educación escolar, ésta se volvió una cuestion de estado.
Tengo miles de recuerdos de mi paso por la escuela, será porque toda mi vida pasó y sigue pasando por esta institución, siempre como alumna y desde hace once años además como docente, aclaro que ya cumplí mis cuarenta añitos y me faltan unos más para concretar mis expectativas así que seguiré un poquito más como alumna institucional para seguir siéndolo únicamente de la vida.
Tengo un recuerdo que me da vueltas por la cabeza cada vez que me toca enseñar multiplicación o división a mis alumnos, él me lleva indagar e individualizar a cada uno de mis alumnos muy detenidamente, casi en forma obsesiva, diría yo, para saber si comprendieron el tema o presentan alguna dificultad.
Esto es resultado de que me recibí en 5º año de Perito en Técnicas Bancarias e Impositivas, en el año 1990, sin saber dividir por dos cifras y sin saber las tablas!!!! Si!!! Aunque Usted no lo crea!!!!!!
Si bien en ese momento no me importó, más tarde me fui dando cuenta de la gravedad de la situación, en especial después de varios años cuando pensé en ser docente de educación primaria.
Se preguntarán cómo llegue a esa instancia después de siete años de escuela primaria y cinco de secundaria. Yo tampoco lo sabia hasta que lo relacioné con los texto leídos en la cátedra.
Comenius plantea en su "Didáctica magna" una escuela democrática, que alcance a todos, pero entretejida en una alianza entre el estado y la familia. Todos sabemos que hoy tenemos aulas con problemáticas severas, en donde algunas familias no apoyan la tarea del docente. Esto lleva a que el docente deba dejar de lado la enseñanza para abarcar otras problemáticas, esto los lleva, pero por suerte estoy segura que no a todos, a tratar de contener y dar la clase como se pueda. En la tarea cotidiana se van dejando de lado un montón de situaciones que tienen que ver con la tarea docente para ser cambiadas por otras, como asistencialismo por ejemplo.
Esta situación actual sumada a la mía me hace acordar a un texto de un excelente libro que tuve la suerte de leer: “Chocolate para el alma” en el cual una de las lecturas hablaba sobre un niño llamado cero que un día murió…simplemente desapareció y nadie se acordaba de él. El conductor del micro se acordaba que un niño ocupaba ese lugar pero no recordaba ni como era. La maestra decía que como no molestaba y no daba problemas en clase no se acordaba como se llamaba… y así había pasado su vida escolar, inadvertido para todo el mundo porque no generaba ningún tipo de problemas.
Así como las utopías de la pedagogía consisten en la instauración de puntos de llegada hacia una instancia superadora de grandes finalidades referentes al orden social, dentro del cual está inmersa la institución escolar. Para Comenius se trata de erigir un instrumento capaz de “enseñar todo a todos”, esto incluyendo a los dos sexos, todas las edades contenidas en la juventud y a todas las clases sociales: “ideal pansófico”.
Para su logro, Comenius confía en la creación de escuelas que respondan a tal fin, ya que argumenta que hasta ese momento se ha carecido de escuelas que respondieran al mismo, y además debe tenerse en cuenta la alianza entre la escuela y familia ya que es la emigración de lo paterno a lo magisteril, a partir de ese momento la educación será transferida al ámbito público, lo que implica un control general y extrafamiliar de la acción adulta sobre la infancia. Ese control será ejercido por el Estado, quien también actuará como arbitro de dicha alianza en caso de que no se cumpla lo pactado.
Como señala Narodowski, "... para lograr el cometido de la universalización a través de un sistema público (estatal o no) de educación escolar, es necesario un tácito contrato entre maestro y padre mediante el cual aquél se encarga de las tareas que originariamente --que "naturalmente"-- le corresponden a éste, pero que en virtud de la división compleja de la sociedad en primer término y, consecuentemente, del proceso creciente de especialización no puede ni debe efectuar"[1].
Con el pase de la educación familiar a la escolarización comienza la operación de Universalización. Ya que para Comenius la educación de los hijos “corresponde naturalmente a los padres, pero les ayudarán los maestros de las escuelas, ya que son raros aquellos que sepan o puedan enseñar a los suyos”. Aquí podemos observar que la función docente es complementaria de la paterna.
Para Comenius no hay posibilidad de Universalización de la educación escolar si este dispositivo de alianza maestro-padre, escuela-familia, no está instalado e institucionalizado.
Rousseau mata en forma metafórica a los padres, la razón es evidente, va a ser la única condición para establecer la alianza, así el niño (el hijo) se transforma en alumno (educando, discípulo). En Emilio lo expresa en: “Emilio es huérfano. No importa que tenga su padre y su madre. Cargados con sus deberes, yo les sucedo en todos sus derechos. Él debe honrar a sus padres, pero no debe obedecer a nadie sino a mí. Esta es mi primera, o, mejor dicho, mi única condición”.[2]
A partir de esta alianza se establece el medio capaz de garantizar un ordenamiento escolar de la educación de todos los niños, de todos los alumnos.
Como asegura Narodowski, “Rousseau además penetra en la naturaleza misma del contrato: si el maestro carga con el deber que ‘naturalmente’ le corresponde al padre, también heredará sus derechos ‘naturales’, o sea, el poder total sobre el hijo ajeno pero ahora categorizado como alumno.”[3] Esto va a ocurrir dentro del ámbito escolar. La finalidad de la educación es la formación para la función de ciudadano.
Actualmente esta alianza escuela-familia es virtual, ya que en realidad las escuelas se asemejan a un depósito temporal de niños mientras los padres trabajan. Hay padres que en el único momento que asistieron a la escuela de sus hijos fue el de la inscripción. Mi caso fue uno de ellos, me inscribieron y como nunca molesté entonces era buena y aprobaba todo. Ni la escuela ni mi familia se daban cuenta de que no tenía ni idea de cómo hacer una cuenta de dividir.
La función docente es complementaria de la paterna y surge ante una carencia. El maestro, que es el especialista, tiene como objeto la permanente “vigilancia” sobre la producción didáctica, su deber es enseñar a un grupo de alumnos un mismo saber al mismo tiempo y con el mismo grado de dificultad. Para ello debe seguir un camino: proceder de lo general a lo particular, de lo más fácil a lo más difícil, no cargar con exceso a los aprendices, proceder despacio en todo, enseñar todo por los sentidos, utilizando siempre un sólo y único método.
“Todos los preceptos ordenan directamente la actividad del educador a fin de que nada de su accionar quede librado ni al azar ni, obviamente a su propia iniciativa, ya que no se presumen diferencias de ningún tipo entre profesores que deban ser respetadas. El maestro es el elemento neutro de la pedagogía moderna el que, como la unidad en el producto, sólo va a transmitir asépticamente lo operado por los otros factores.”[4]
Para Comenius este especialista debía actuar ordenada y eficazmente sobre la niñez, mantener el orden, arrancándole a los padres la función educadora para darle a los niños una correcta enseñanza, a los cuales se debía sancionar sólo en casos circunstanciales y estas sanciones debían ser en público, a la vista de todos.
Para Rousseau la infancia es un hecho natural. El niño es definido habitualmente en forma negativa, desde la carencia, la falta de juicio, la ausencia de razón, desde sus necesidades: necesita ser cuidado, protegido y conducido por un adulto, por su incapacidad de comportarse en forma autónoma y racional.
“La educación es un proceso teleológico y para que se entienda de este modo Rousseau utiliza la metáfora de la jardinería. El niño es una planta y el preceptor es el jardinero que hace que se desarrolle adecuadamente: ‘Se forman las plantas por el cultivo y los hombres mediante la educación’”.[5]
De esta forma el niño va a ser en cierta forma moldeado, se va construyendo como un ser heterónomo, siempre debiendo obediencia al adulto del cual va a depender su cuidado. Esta dependencia se considera del estado natural al estado social.
La Salle, cura francés perteneciente a una orden religiosa que dependía del clero, para quien lo fundamental era evangelizar ya que debía rendir cuentas al Santo Padre en Roma. En el dispositivo familia – escuela a través de un contrato explícito entre maestros y padres halla una vía para su fin. Para ello se construían fichas individuales de los alumnos que constituían un inventario el cual facilitaba la ubicación en catálogos, así los expertos se podían hacer cargo de los niños “con conocimiento de causa”. Ya que en ellos se encontraban las respuestas de los padres y de los alumnos refiriéndose a la vida pasada, constituyéndose un dispositivo de confesión. Este proceso, anámnesis, convierte a la pedagogía en un saber socialmente generalizado ya que todos los que participan de la alianza conocen y controlan los criterios de normalidad. Esta es la forma en que el dispositivo de alianza escuela-familia se instala en un contrato entre maestros y padres y así va a garantizar el poder de la escuela por sobre la infancia encerrada en ella, delimitando definitivamente su pedagogización. Este contrato va desde que los padres realizan la “inscripción del niño” en la escuela hasta someterse al proceso anterior dicho de confesión de datos vitales de la historia familiar, para determinar condicionantes de la conducta infantil.
La inserción de la familia en el sistema escolar, a través del dispositivo de la alianza conlleva a un generalizado saber sobre los criterios de normalidad. Ante una falta por parte del cuerpo infantil el castigo debe ser íntimo: el educando acepta su culpa en forma voluntaria y respetuosa, ya que el culpable siempre es el niño no el maestro. Para ello “La Salle apela a la profundización del dispositivo... (...)... es necesario decirles a los padres que no escuchen las quejas de los hijos contra el profesor, si no hubiesen cometido alguna falta no hubieran sido castigados y si no quieren que sean castigados, no deben enviarlos a la escuela.”[6]
Lasalle me hace sentir un poco de culpita por no haber aprendido a dividir y a multiplicar pero por suerte según Comenio falló la vigilancia!!!
Para Lasalle el maestro debe ser discreto, no familiarizarse con los alumnos manteniendo un distanciamiento objetivo e infundir respeto, generando las condiciones óptimas de disciplina escolar. Se tratará de un profesional apto para ocupar el lugar del que sabe, que vigila, capaz de contribuir a la formación de saberes de manera correcta, ya que a su vez también existirá un control sobre él, exigiéndole una actitud ejemplar. A través de estos elementos, el maestro se construye, en el imaginario colectivo, como una mirada omnipresente y omnipotente. Se produce en La Salle la profesionalización del maestro como tal, y perpetúa su imagen como sustituto de los padres.
“Es evidente que existe la búsqueda de una imagen de maestro capaz d advertirlo todo, incluso cuando no se encuentras presente. La seriedad del educador es un constituyente principal en la construcción de esta imagen. El maestro debe ser una persona seria porque esa es la característica central de los adultos. Se exige de él una férrea gravedad exterior y una moderación plena tanto en las acciones como en las palabras. Su presencia no puede permitir detalles banales ‘que denoten infantilidad’ ni en sus conducta ni en su apariencias. El maestro no ríe ni hace cosas que puedan provocar risas en sus discípulos, en los padres o en los otros maestros.”[7]
Dicho control se trata de una vigilancia jerárquica que asegura el mantenimiento y buen funcionamiento del dispositivo, a través un cuidado constante que evite las faltas y abarque todas las actividades escolares: nada puede quedar hecho sin ser observado o chequeado.
El maestro para llevar a cabo la vigilancia confeccionará fichas con datos del alumno que le permitirán un control exacto y funcional del cuerpo infantil, en ellas constaran buenas y malas cualidades de los alumnos.
Hablar es otro de los atributos que le corresponden al maestro, y el alumno sólo puede hacerlo si está autorizado por éste, la comunicación entre ambos será no verbal. Instalando una serie de rituales o "señales" que marcarán el inicio y finalización de las actividades.
Finalizando podemos decir que la pedagogía de La Salle, será la del "detalle", y que él prefería el prevenir la desviación de la conducta que castigarla, y para ello utilizaba el poder, el poder de la vigilancia jerárquica sobre la norma.
[1] NARODOWSKI, M. (1994), "Cáp. 2: El imperio del orden", en: Infancia y Poder La conformación de la Pedagogía Moderna, Aique, Bs.As., Pág. 6.
[2] ROUSSEAU, J. (1985), "Libro Primero", en: Emilio o De la educación, Editorial EDAF, Pág. 12.
[3] NARODOWSKI, M. (1994), "Cáp. 2: El imperio del orden", en: Infancia y Poder La conformación de la Pedagogía Moderna, Aique, Bs.As., Pág. 6.
[4] NARODOWSKI, M. (1994), "Cáp. 2: El imperio del orden", en: Infancia y Poder La conformación de la Pedagogía Moderna, Aique, Bs.As., Pág. 13.
[5] COBO; R; Fundamentos del patriarcado moderno JJ Rousseau Capítulo 4. Pág. 5
[6] NARODOWSKI, M. (1993), “Cáp. 3:"La pedagogización de la infancia" en: “Infancia y Poder”, Aique Bs. As. Pág. 9
[7] NARODOWSKI, M. (1993), “Cáp. 3:"La pedagogización de la infancia" en: “Infancia y Poder”, Aique Bs. As. Pág. 5
Bibliografía
Comenius, J. (1997), “Cap. IX. Se debe reunir en las escuelas a toda la juventud de uno y otro sexo”, en Didáctica Magna.Comenius, J. (1997), “Cap. X. La enseñanza en las escuelas debe ser universal", en Didáctica Magna.
APRENDIZAJE ESCOLAR Y OTRAS SITUACIONES DE APRENDIZAJE
El aprendizaje humano es de naturaleza variada y posee diferentes particularidades que dan la posibilidad de recortar por especificidad al aprendizaje escolar. Este tipo de aprendizaje implica como mínimo tres elementos fundamentales: un sujeto que aprende, un objeto o contenido a aprender y un componente situacional o contexto. Cada uno de éstos posee características más o menos específicas que influyen a su vez en los dos restantes. En otras palabras, estos componentes que forman parte del aprendizaje escolar interaccionan entre sí logrando que el sujeto y el objeto se construyan mutuamente.
Además, el aprendizaje en la escuela es de carácter artificial y se desarrolla en el marco de los procesos formales. Está marcado por los determinantes duros del dispositivo escolar: la organización graduada, simultánea, obligatoria, con una particular organización espacio - temporal, y por el contexto histórico- cultural que lo concreta bajo un proyecto político y social determinado. Su modalidad radica en el uso que promueve y efectúa de instrumentos semióticos, como la escritura, y de los lenguajes formales, como el matemático, produciendo efectos descontextualizadores sobre el desarrollo cognitivo. Puede afirmarse que todas éstas características del contexto son determinantes para el aprendizaje escolar y para los sujetos que interaccionan en él.
Una vez incluido en la escuela el niño deja su condición de “niño natural” para convertirse en “alumno”, sujeto situado en unas determinadas coordenadas sociohistóricas, sometido a prácticas pedagógicas con un fuerte carácter normalizador: definiendo así la escuela lo que es esperable y lo que no, lo que significa un “niño normal”, un “alumno medio”. Este niño se convierte además, en sujeto colectivo, por pertenecer a un grupo cuyo aprendizaje se regula simultáneamente y en forma colectiva. Por todo lo dicho anteriormente, para este niño- alumno, la escuela tiene varias implicancias o demandas como:
- Toma de conciencia de su actividad cognitiva.
- Dominio del conocimiento científico-pedagógico.
-Fundamentalmente: apropiación y dominio de los instrumentos representativos.
-Desarrollo del conocimiento contra intuitivo.
-Sujeción a formas de validación y justificación sofisticadas.
-Consolidación, compilación, automatización, extracción de regularidades, similitudes y diferencias.
-Comprensión de la estructura global de las situaciones.
-Memoria, atención, capacidad de trabajo.
-Comprensión, asimilación e integración a partir de los conocimientos previos.
-Construcción del conocimiento por medio de la significación (interpretación de la información según los marcos asimiladores disponibles).
-Combinación de los aprendizajes por repetición y de los aprendizajes significativos.
-Internalización, reconstrucción del conocimiento (originado interpersonalmente, como objeto de intercambio social) mediante el uso de mediadores (signos) proporcionados externamente.
-Lograr realizar autónomamente lo que al principio sólo puede hacer con ayuda externa (hacer real el desarrollo potencial).
Estas demandas cognitivas que impone el aprendizaje escolar, detalladas anteriormente se diferencian de otras situaciones de aprendizaje por su descontextualización en cuanto al:
* Acceso a información alejada del contexto cotidiano informal.
* Quiebre con prácticas y contextos de aprendizaje no escolar.
Además no debemos confundir los procesos de adquisición de actividades complejas con el aprendizaje de algunos de sus componentes más simples.
Se hace necesario, diferenciar una problemática psicológica de una problemática escolar, reconociendo en ésta última la situación particular en que se plantea la adquisición de conocimientos: situar los procesos de aprendizaje al interior de la tríada pedagógica, en la compleja trama de relaciones entre el alumno-docente-"saber a enseñar", el reconocimiento de una intencionalidad didáctica tendiente a influir en la adquisición, revisión, coordinación, integración de los contenidos y de un docente que actúa como mediador entre los objetos de conocimiento y los alumnos, etc.
Se trata entonces de evitar el aplicacionismo, la transferencia directa de las teorías a la práctica educativa; sino que se trata de establecer los rasgos propios que pueden adquirir los mecanismos en relación a la adquisición de diferentes dominios de conocimiento y en diversas situaciones didácticas.
VANESA E. SORIA
Bibliografía:
Baquero, R y Terigi, F (1996), “En búsqueda de una unidad de análisis del aprendizaje escolar”
Pozo, J. I. (1989), “El procesamiento de información como programa de investigación”
domingo, 30 de septiembre de 2012
EL DEBATE EN EL AULA
El debate es una técnica de evaluación cualitativa.
Capacidades de los alumnos que son susceptibles de evaluarse:
• Calidad de la exposición (contenidos, argumentación, claridad y precisión conceptual).• Actitudes (respeto, tolerancia, capacidad para esperar su turno, cooperación, etc.).
Ventajas:
• Permite observar las capacidades del alumno para argumentar sobre el tema a discutir.• Permite observar la capacidad de atención del grupo.• Útil para trabajar sobre la actitud de respeto y tolerancia.• La discusión también puede ser utilizada pare evaluar la forma de resolver problemas más complejos con contenido de alguna asignatura específica.
Desventajas:
• Se necesita la atención total por parte del profesor.• El grupo se puede salir de control.
Cómo se aplica:
Hay diferentes maneras de llevar a cabo la técnica, una de ellas es ubicar a los alumnos en parejas, asignarles un tema para que lo discutan juntos. Posteriormente, ya ante el total del grupo, se le pide a un alumno que argumente sobre el tema a discutir, después de que el profesor lo marque debe continuar su compañero. El resto de los estudiantes deben escuchar con atención y tomar notas para poder debatir sobre el contenido.
Otra forma de trabajar el debate en un salón de clases es separar el grupo en dos partes; al azar pedirle a un equipo que busque argumentos para defender el contenido del tema y al otro equipo solicitarle que esté en contra. Después de un tiempo, cada equipo debe tratar de convencer al otro de lo positivo de su postura con argumentos objetivos, ejemplos, dejando hablar a los otros, respetando los puntos de vista contrarios.
El profesor guiará la discusión y observará el comportamiento de los alumnos, anotando durante el proceso aspectos que le hayan llamado la atención y que le permitan realizar posteriormente una observación más dirigida.
Sugerencias:
FUENTE: http://hadoc.azc.uam.mx/evaluacion/debate.htm• Definir el objetivo del debate.• Definir el tema del debate.• Ofrecer recursos materiales.• Ofrecer criterios claros de evaluación.• Es muy útil elaborar previamente una lista de cotejo y dársela a conocer a los alumnos antes de iniciar el debate.
sábado, 29 de septiembre de 2012
La Coevaluación Y Heteroevaluación
La Coevaluación
Es la evaluación realizada entre pares, de una actividad o trabajo realizado. Este tipo de evaluación puede darse en diversas circunstancias:
Durante la puesta en marcha de una serie de actividades o al finalizar una unidad didáctica, alumnos y profesores pueden evaluar ciertos aspectos que resulten interesantes destacar.
Al finalizar un trabajo en equipo, cada integrante valora lo que le ha parecido más interesante de los otros.
Luego de una ponencia, se valora conjuntamente el contenido de los trabajos, las competencias alcanzadas, los recursos empleados, las actuaciones destacadas, etc.
Puede ser pertinente repartir un cuestionario anónimo a los alumnos para que opinen con absoluta independencia sobre lo realizado, y contrastarlo luego con lo percibido por el profesor.
Como podemos apreciar, son diferentes los caminos para llevar a cabo la coevaluación, pero es importante tener en cuenta que, si el grupo no tiene costumbre de realizar prácticas de ese tipo, se debe comenzar por valorar exclusivamente lo positivo y las deficiencias o dificultades surgidas las valorará el profesor.
Esto se recomienda porque generalmente los alumnos tienen la misma visión o percepción de muchos profesores y la sociedad en general de "para qué se evalúa". Habitualmente esta valoración se realiza para resaltar lo negativo, lo mal hecho, para sancionar, con lo cual los efectos de la coevaluación pueden convertirse en disgregación del grupo y de rechazo de todos contra todos.
Algo importante que debemos tomar en cuenta:
COEVALUACIÓN: Existe la posibilidad de generar y desarrollar una evaluación en que se permite a los alumnos en conjunto, participar en el establecimiento y valoración de los aprendizajes logrados, ya sea por algunos de sus miembros o del grupo.
Es la evaluación realizada entre pares, de una actividad o trabajo realizado. Este tipo de evaluación puede darse en diversas circunstancias:
Durante la puesta en marcha de una serie de actividades o al finalizar una unidad didáctica, alumnos y profesores pueden evaluar ciertos aspectos que resulten interesantes destacar.
Al finalizar un trabajo en equipo, cada integrante valora lo que le ha parecido más interesante de los otros.
Luego de una ponencia, se valora conjuntamente el contenido de los trabajos, las competencias alcanzadas, los recursos empleados, las actuaciones destacadas, etc.
Puede ser pertinente repartir un cuestionario anónimo a los alumnos para que opinen con absoluta independencia sobre lo realizado, y contrastarlo luego con lo percibido por el profesor.
Como podemos apreciar, son diferentes los caminos para llevar a cabo la coevaluación, pero es importante tener en cuenta que, si el grupo no tiene costumbre de realizar prácticas de ese tipo, se debe comenzar por valorar exclusivamente lo positivo y las deficiencias o dificultades surgidas las valorará el profesor.
Esto se recomienda porque generalmente los alumnos tienen la misma visión o percepción de muchos profesores y la sociedad en general de "para qué se evalúa". Habitualmente esta valoración se realiza para resaltar lo negativo, lo mal hecho, para sancionar, con lo cual los efectos de la coevaluación pueden convertirse en disgregación del grupo y de rechazo de todos contra todos.
Algo importante que debemos tomar en cuenta:
COEVALUACIÓN: Existe la posibilidad de generar y desarrollar una evaluación en que se permite a los alumnos en conjunto, participar en el establecimiento y valoración de los aprendizajes logrados, ya sea por algunos de sus miembros o del grupo.
LA HETEROEVALUACIÓN
Es la evaluación que realiza una persona sobre otra respecto de su trabajo, actuación, rendimiento, etc. A diferencia de la coevaluación, aquí las personas pertenecen a distintos niveles, es decir no cumplen la misma función. En el ámbito en el que nos desenvolvemos, se refiere a la evaluación que habitualmente lleva a cabo el profesor con respecto a los aprendizajes de sus alumnos; sin embargo también es importante que la heteroevaluación pueda realizarse del alumno hacia el profesor ya que no debemos perder de vista que la evaluación es un proceso que compromete a todos los agentes del sistema educativo.
La heteroevaluación es un proceso importante dentro de la enseñanza, rico por los datos y posibilidades que ofrece y también complejo por las dificultades que supone enjuiciar las actuaciones de otras personas, más aún cuando éstas se encuentran en momentos evolutivos delicados en los que un juicio equívoco o "injusto" puede crear actitudes de rechazo (hacia el estudio y la sociedad) en el niño, adolescente o joven que se educa.
Es la evaluación que realiza una persona sobre otra respecto de su trabajo, actuación, rendimiento, etc. A diferencia de la coevaluación, aquí las personas pertenecen a distintos niveles, es decir no cumplen la misma función. En el ámbito en el que nos desenvolvemos, se refiere a la evaluación que habitualmente lleva a cabo el profesor con respecto a los aprendizajes de sus alumnos; sin embargo también es importante que la heteroevaluación pueda realizarse del alumno hacia el profesor ya que no debemos perder de vista que la evaluación es un proceso que compromete a todos los agentes del sistema educativo.
La heteroevaluación es un proceso importante dentro de la enseñanza, rico por los datos y posibilidades que ofrece y también complejo por las dificultades que supone enjuiciar las actuaciones de otras personas, más aún cuando éstas se encuentran en momentos evolutivos delicados en los que un juicio equívoco o "injusto" puede crear actitudes de rechazo (hacia el estudio y la sociedad) en el niño, adolescente o joven que se educa.
AUTOEVALUACIÓN
Se produce cuando un sujeto evalúa sus propias actuaciones. Es un tipo de evaluación que toda persona realiza de forma permanente a lo largo de su vida. Por ejemplo, frecuentemente tomamos decisiones en función de la valoración positiva o negativa de un trabajo realizado, de la manera como establecemos nuestras relaciones, etc.
Mediante la autoevaluación los alumnos pueden reflexionar y tomar conciencia acerca de sus propios aprendizajes y de los factores que en ellos intervienen. En la autoevaluación se contrasta el nivel de aprendizaje con los logros esperados en los diferentes criterios señalados en el currículo, detectando los avances y dificultades y tomando acciones para corregirlas. Esto genera que el alumno aprenda a valorar su desempeño con responsabilidad.
Como observamos en el Diseño Curricular, muchas de las competencias educativas implican que el alumno sea capaz de "valorar" el patrimonio artístico y cultural, la riqueza lingüística, las actitudes solidarias, etc en las diferentes áreas. Para aprender a valorar, el único camino existente es practicar valoraciones en distintas circunstancias y en relación con diferentes ámbitos. Una forma de evaluación es la autoevalución del propio trabajo y la propia actividad. Por eso, en este caso la autoevaluación se convierte en un procedimiento metodológico para alcanzar una de las competencias educativas previstas: que el alumno sea capaz de valorar.
Sin embargo, al tratar la autoevaluación en el terreno educativo, hay que considerar la conveniencia de introducir su práctica de manera gradual hasta que el alumno se habitúe a ella. El alumno es capaz de valorar su propia labor y el grado de satisfacción que le produce; pero la complejidad con que lo haga dependerá de su madurez.
Algunas recomendaciones para poner en práctica la autoevaluación:
¨ Oriente a sus alumnos a realizar la autoevaluación con seriedad y con corrección. Es importante que tomen conciencia de la influencia que su juicio tendrá en la valoración global que posteriormente se realice sobre su actuación y progresos.
¨ Al comenzar el desarrollo de una unidad didáctica facilite a sus alumnos información detallada sobre los aspectos que se deben autoevaluar, con el fin que puedan auto observarse y examinar su trabajo en forma continua y así llegar a conclusiones válidas al final del proceso.
¨ Informe a sus alumnos las competencias que se espera puedan desarrollar en cada grado y los criterios de evaluación de su área curricular, de tal manera que ellos puedan verificar por sí mismos su evolución.
¨ Guíelos de modo que se evite la excesiva influencia de la subjetividad en la propia evaluación. Dicha subjetividad resulta frecuente cuanto más inmadura es la persona que la realiza, por ello la presencia del docente es imprescindible.
Como sabemos la etapa adolescente se caracteriza por ser esencialmente evolutiva y cambiante con gran predominio de la subjetividad. Esta subjetividad debe ser tomada por el profesor al momento de aplicar la autoevaluación; por ejemplo; los alumnos con autoestima baja, temperamento depresivo, de tendencia pesimista o pertenecientes a un medio familiar poco estimulante, infravalorarán sus trabajos; mientras que los optimistas, con alta autoestima que poseen un medio familiar y social que los ayude, podrían valorar en exceso todo lo que realicen.
Estas tendencias deben encausarse y trabajarse con los alumnos, pues es el proceso de ajuste y equilibrio de la evaluación en el cual el alumno "aprende a valorar", lo que se pretende en la educación.
A continuación algunos puntos importantes que debemos considerar para aplicar la evaluación:
Ejemplo:
José, docente de Educación Artística decidió considerar la posibilidad que la autoevaluación sea una actividad realizada por sus alumnos para valorar sus productos. Estando en la clase de dibujo, sus alumnos plantearon los aspectos sobre los cuales cada uno se autoevaluaría, estos aspectos fueron consignados en la siguiente tabla:
Aspecto
Puedo mejorar
Adecuado
Bueno
Uso de color
Trazos
Empleo de la técnica
Creatividad
Persistencia
Limpieza
El uso de este registro de auto-observación le permitirá que cada alumno obtenga una valoración de sus trabajos en términos de cada uno de los criterios planteados y de esta manera identificar los aspectos el alumno considera que puede mejorar, y los aspectos en los que ha realizado un buen trabajo. Para una siguiente oportunidad, el mismo alumno, sin necesidad de que sea dirigido por el profesor, podrá emplear este registro para evaluar otro trabajo similar y observar de esta manera si ha logrado un progreso en los diferentes aspectos.
Ejemplo 1:
Pauta de Autoevaluación Sumativa
Elaborada por Nuñez, C.
“Estimado alumno(a): Le solicito que se autoevalúe en las actividades desarrolladas en el curso. En primer lugar se le plantean indicadores respecto de su actitud frente al trabajo. Para responder marque con un “X” en el nivel de la escala que usted considere representa su gradode acuerdo”
INDICADORES
Muy de Acuerdo
De acuerdo
En desacuerdo
Muy en Desacuerdo
1. Me he comprometido con el trabajo del curso
2. Mi actitud hacia las actividades del curso ha sido buena
3. Me he esforzado en superar mis dificultades
4. He aprovechado las clases para aclarar dudas
5. He sido exigente conmigo mismo (a) en los trabajos del curso
6. Me siento satisfecho (a) con el trabajo realizado
7. He cumplido oportunamente con mis trabajos
8. He asistido regularmente a clases
Además autocalifique su desempeño en el curso tomando como punto de referencia la descripción de cada tramo de nota.
NOTA
La calidad del trabajo realizado ha sido:
6,5 – 7,0
de excelente nivel, cumplí siempre y a tiempo con lo solicitado
5,8 – 6,4
de muy buen nivel, cumplí generalmente y a tiempo con lo solicitado
5,0 – 5,7
de buen nivel, cumplí en ocasiones y a tiempo con lo solicitado
4,6 – 4,9
de un nivel suficiente, cumplí en ocasiones y tuve problemas con el tiempo
4,0 – 4,5
de un nivel suficiente, cumplí en ocasiones y dando el mínimo de mi capacidad
2,0 – 3,9
deficiente, no cumplí con lo solicitado
Considerando lo expresado en mi autoevaluación y el trabajo realizado, me califico globalmente con nota: _______
FUENTE:
Mediante la autoevaluación los alumnos pueden reflexionar y tomar conciencia acerca de sus propios aprendizajes y de los factores que en ellos intervienen. En la autoevaluación se contrasta el nivel de aprendizaje con los logros esperados en los diferentes criterios señalados en el currículo, detectando los avances y dificultades y tomando acciones para corregirlas. Esto genera que el alumno aprenda a valorar su desempeño con responsabilidad.
Como observamos en el Diseño Curricular, muchas de las competencias educativas implican que el alumno sea capaz de "valorar" el patrimonio artístico y cultural, la riqueza lingüística, las actitudes solidarias, etc en las diferentes áreas. Para aprender a valorar, el único camino existente es practicar valoraciones en distintas circunstancias y en relación con diferentes ámbitos. Una forma de evaluación es la autoevalución del propio trabajo y la propia actividad. Por eso, en este caso la autoevaluación se convierte en un procedimiento metodológico para alcanzar una de las competencias educativas previstas: que el alumno sea capaz de valorar.
Sin embargo, al tratar la autoevaluación en el terreno educativo, hay que considerar la conveniencia de introducir su práctica de manera gradual hasta que el alumno se habitúe a ella. El alumno es capaz de valorar su propia labor y el grado de satisfacción que le produce; pero la complejidad con que lo haga dependerá de su madurez.
Algunas recomendaciones para poner en práctica la autoevaluación:
¨ Oriente a sus alumnos a realizar la autoevaluación con seriedad y con corrección. Es importante que tomen conciencia de la influencia que su juicio tendrá en la valoración global que posteriormente se realice sobre su actuación y progresos.
¨ Al comenzar el desarrollo de una unidad didáctica facilite a sus alumnos información detallada sobre los aspectos que se deben autoevaluar, con el fin que puedan auto observarse y examinar su trabajo en forma continua y así llegar a conclusiones válidas al final del proceso.
¨ Informe a sus alumnos las competencias que se espera puedan desarrollar en cada grado y los criterios de evaluación de su área curricular, de tal manera que ellos puedan verificar por sí mismos su evolución.
¨ Guíelos de modo que se evite la excesiva influencia de la subjetividad en la propia evaluación. Dicha subjetividad resulta frecuente cuanto más inmadura es la persona que la realiza, por ello la presencia del docente es imprescindible.
Como sabemos la etapa adolescente se caracteriza por ser esencialmente evolutiva y cambiante con gran predominio de la subjetividad. Esta subjetividad debe ser tomada por el profesor al momento de aplicar la autoevaluación; por ejemplo; los alumnos con autoestima baja, temperamento depresivo, de tendencia pesimista o pertenecientes a un medio familiar poco estimulante, infravalorarán sus trabajos; mientras que los optimistas, con alta autoestima que poseen un medio familiar y social que los ayude, podrían valorar en exceso todo lo que realicen.
Estas tendencias deben encausarse y trabajarse con los alumnos, pues es el proceso de ajuste y equilibrio de la evaluación en el cual el alumno "aprende a valorar", lo que se pretende en la educación.
A continuación algunos puntos importantes que debemos considerar para aplicar la evaluación:
Ejemplo:
José, docente de Educación Artística decidió considerar la posibilidad que la autoevaluación sea una actividad realizada por sus alumnos para valorar sus productos. Estando en la clase de dibujo, sus alumnos plantearon los aspectos sobre los cuales cada uno se autoevaluaría, estos aspectos fueron consignados en la siguiente tabla:
Aspecto
Puedo mejorar
Adecuado
Bueno
Uso de color
Trazos
Empleo de la técnica
Creatividad
Persistencia
Limpieza
El uso de este registro de auto-observación le permitirá que cada alumno obtenga una valoración de sus trabajos en términos de cada uno de los criterios planteados y de esta manera identificar los aspectos el alumno considera que puede mejorar, y los aspectos en los que ha realizado un buen trabajo. Para una siguiente oportunidad, el mismo alumno, sin necesidad de que sea dirigido por el profesor, podrá emplear este registro para evaluar otro trabajo similar y observar de esta manera si ha logrado un progreso en los diferentes aspectos.
Ejemplo 1:
Pauta de Autoevaluación Sumativa
Elaborada por Nuñez, C.
“Estimado alumno(a): Le solicito que se autoevalúe en las actividades desarrolladas en el curso. En primer lugar se le plantean indicadores respecto de su actitud frente al trabajo. Para responder marque con un “X” en el nivel de la escala que usted considere representa su gradode acuerdo”
INDICADORES
Muy de Acuerdo
De acuerdo
En desacuerdo
Muy en Desacuerdo
1. Me he comprometido con el trabajo del curso
2. Mi actitud hacia las actividades del curso ha sido buena
3. Me he esforzado en superar mis dificultades
4. He aprovechado las clases para aclarar dudas
5. He sido exigente conmigo mismo (a) en los trabajos del curso
6. Me siento satisfecho (a) con el trabajo realizado
7. He cumplido oportunamente con mis trabajos
8. He asistido regularmente a clases
Además autocalifique su desempeño en el curso tomando como punto de referencia la descripción de cada tramo de nota.
NOTA
La calidad del trabajo realizado ha sido:
6,5 – 7,0
de excelente nivel, cumplí siempre y a tiempo con lo solicitado
5,8 – 6,4
de muy buen nivel, cumplí generalmente y a tiempo con lo solicitado
5,0 – 5,7
de buen nivel, cumplí en ocasiones y a tiempo con lo solicitado
4,6 – 4,9
de un nivel suficiente, cumplí en ocasiones y tuve problemas con el tiempo
4,0 – 4,5
de un nivel suficiente, cumplí en ocasiones y dando el mínimo de mi capacidad
2,0 – 3,9
deficiente, no cumplí con lo solicitado
Considerando lo expresado en mi autoevaluación y el trabajo realizado, me califico globalmente con nota: _______
FUENTE:
La autoevaluación como estrategia de aprendizaje para atender a la diversidad
María Amparo Calatayud Salom. Departamento de Didáctica y Organización Escolar. Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación.Universitat de Valencia 28/01/2008
En estos tiempos en los que tanto se habla de calidad en la educación no debemos perder de vista que, en una sociedad democrática y plural una enseñanza de calidad debe ser sinónima de atender a los diferentes ritmos de estudio y de aprendizaje de los alumnos.
Una de las estrategias que puede contribuir a afrontar la diversidad de los discentes en el aula es enseñarles a que evalúen su propio aprendizaje. La autoevaluación puede y debe ser un instrumento que facilite atender, respetar y valorar los distintos ritmos de aprendizaje según las diferentes características del alumno. Características relativas, por ejemplo, a: capacidades, estilos de aprendizaje, estrategias cognitivas, experiencias y conocimientos previos, motivación, atención, ajuste emocional y social, etc.
La autoevaluación es la estrategia por excelencia para educar en la responsabilidad y para aprender a valorar, criticar y a reflexionar sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje individual realizado por el discente (Calatayud, 2002; 1999). Principalmente de entre los beneficios que presenta la realización de una auténtica autoevaluación, destacan los siguientes:
a)Es uno de los medios para que el alumno conozca y tome conciencia de cual es su progreso individual en el proceso de enseñanza y aprendizaje;
b)Ayuda a los discentes a responsabilizarse de sus actividades, a la vez que desarrollan la capacidad de autogobierno;
c)Es un factor básico de motivación y refuerzo del aprendizaje;
d)Es una estrategia que permite al docente conocer cuál es la valoración que éstos hacen del aprendizaje, de los contenidos que en el aula se trabajan, de la metodología utilizada, etc.
e)Es una actividad de aprendizaje que ayuda a reflexionar individualmente sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje realizado;
f)Es una estrategia que puede sustituir a otras formas de evaluación. Para atender a la diversidad es necesario utilizar diferentes instrumentos evaluativos para tratar de valorar la progresión de las capacidades de cada alumno. La autoevaluación puede ser una estrategia más en ese proceso de valoración.
g)Es una actividad que ayuda a profundizar en un mayor autoconocimiento y comprensión del proceso realizado y
h)Es una estrategia que posibilita la autonomia y autodirección del alumno.
De todas las razones anteriormente expuestas no cabe ninguna duda de que la autoevaluación del discente puede y debe ser utilizada como estrategia para afrontar la diversidad de intereses, necesidades y ritmos de aprendizaje del alumnado.
Algunas pautas de intervención para afrontar la diversidad a través de la autoevaluación
La autoevaluación como hemos argumentado anteriormente es una estrategia que ayuda al alumno a tomar conciencia de su progreso de aprendizaje y, además, facilita al docente comprender cual es el proceso de enseñanza y aprendizaje realizado por el discente, en relación con las dificultades acontecidas, los objetivos conseguidos, etc. (Calatayud, 2007; 2004;2004a).
A continuación presentamos un listado de técnicas que podemos utilizar para hacer realidad los procesos de autoevaluación como estrategia de aprendizaje para atender a la diversidad.
1. Bloc de autoevaluación: Se trata de una actividad en la que el estudiante evidencia los esfuerzos realizados, la valoración del trabajo conseguido (¿qué sabia?, ¿cómo lo he aprendido?, ¿qué se yo ahora?), en relación a contenidos tanto del ámbito conceptual, procedimental y actitudinal, cuáles han sido las mejores ideas, los logros conseguidos en los distintos ámbitos de conocimiento.
2. Hoja de Plan Semanal El objetivo de esta actividad es motivar al alumno para que sea responsable de sus acciones. Él sabe que tiene una semana para realizar determinadas actividades y el mismo ha de responder de su realización.
3. Herramientas de autorreflexión elaboradas por el profeso: Se trata de actividades que el docente diseña con el objeto de evaluar y comprender cómo el alumno va consiguiendo los aprendizajes. Para ello se elaboran cuestionarios, listas de control, escalas de estimación, protocolos, etc. para recoger las informaciones relevantes sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje realizado.
4. El diario del estudiante:. La reflexión sobre el diario permite detectar problemas, hacer explícitas las concepciones y posibilitar mejoras en el proceso. Desde nuestro punto de vista, el diario es uno de los instrumentos más útiles para llegar al conocimiento, análisis, comprensión y valoración del proceso de enseñanza y aprendizaje que realiza el estudiante, así como también para conocer y respetar el ritmo de aprendizaje de cada uno de ellos.
5. El portafolio, instrumento para la evaluación formativa del estudiante: El portafolio es una colección de trabajos, actividades, etc. que el alumno ha realizado durante un curso. Pero quizás, lo más importante de esta selección de actividades radique en que éste ha de estar compuesto por aquellas actividades que han permitido al discente tanto la posibilidad de valorarse más a si mismos, como de sentirse más seguros de sí mismos.
Indudablemente, esta forma de practicar la evaluación brinda la oportunidad de conocer cómo piensa cada uno de los estudiantes y cómo es su proceso de razonamiento. Así como también, recoge información no sólo de los productos sino, sobre todo, de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por lo tanto, facilita que todas las actividades de enseñanza y aprendizaje que realiza el alumnado a lo largo del curso se vayan organizando de manera coherente y constituyan piezas ordenadas en su papel de construcción de los contenidos de la asignatura. Y es, sin lugar a dudas, una de las estrategias mejores de conocimiento de los diferentes ritmos de estudio según las características de los alumnos.
A lo largo de mis años como docente en la Escuela Pública la propuesta de portafolio que hemos desarrollado con los alumnos de Educación Secundaria ha presentado dos partes: evidencias obligatorias y voluntarias. Cuando hablamos de evidencias nos estamos refiriendo a cada uno de los contenidos del portafolio que reflejan un aprendizaje del estudiante.
En relación con las evidencias obligatorias hemos planteado:
- Mapas conceptuales de todos los temas.
- Cuestiones o actividades de diferentes niveles de complejidad de cada uno de los temas, formulados por el profesor.
- Resolución de casos prácticos, etc.
Como se puede observar se trata de recoger evidencias que reflejen que han adquirido los conocimientos básicos de la asignatura.
En relación con las evidencias voluntarias:
Las evidencias voluntarias como su nombre indican son aquellas que cada estudiante decide incluir, bien porque ha realizado actividades de ampliación de alguno de los temas de su interés, o ha desarrollado interrelaciones entre diferentes aspectos de la propia asignatura o con otras. El sentido de este tipo de evidencias es dar al alumnado la libertad de dirigir su aprendizaje, en el marco de la materia, pero de acuerdo a sus propios intereses. Por ejemplo, los alumnos pueden elaborar un ensayo sobre un tema relevante del programa con utilización de fuentes bibliográficas.
Y ya para finalizar comentar que a lo largo de este artículo hemos pretendido ofrecer la oportunidad de presentar la autoevaluación como estrategia de aprendizaje para atender a la diversidad. Con la autoevaluación se persigue que el alumno "sea capaz de valorar su proceso de enseñanza y aprendizaje”. Proceso que es único e irrepetible, ligado a necesidades, intereses, expectativas y motivaciones diversas. La atención a la diversidad conlleva ritmos de estudio distintos según las características del alumnado y la autoevaluación puede contribuir a afrontarla con garantías de éxito.
Referencias bibliográficas
CALATAYUD SALOM. A. (2007): "La evaluación como instrumento de aprendizaje y mejora. Una luz al fondo”. En: A. CALATAYUD (Coord). La evaluación como instrumento de aprendizaje. Estrategias y técnicas. Madrid. MEC.
CALATAYUD SALOM. A. (2004): "La evaluación interna de los departamentos didácticos. Entre la pura cosmética, la exigencia y la necesidad” En: AA. VV Nuevos núcleos dinamizadores de los centros de educación secundaria: los departamentos didácticos. Madrid. MEC.
CALATAYUD SALOM. A. (2004a): "La autoevaluación de la práctica docente: una aventura plagada de dificultades y satisfacciones”.Revista: Ciencias de la Educación. Núm 198-199. Págs. 151-171.
CALATAYUD SALOM. A. (2002): "La cultura autoevaluativa, piedra filosofal de la calidad en educación".Revista: Educadores. Núm 204. Págs.357-375.
CALATAYUD SALOM. A. (1999): "La participación del alumno en el proceso evaluador". Revista Educadores. Núm 190-191.
Una de las estrategias que puede contribuir a afrontar la diversidad de los discentes en el aula es enseñarles a que evalúen su propio aprendizaje. La autoevaluación puede y debe ser un instrumento que facilite atender, respetar y valorar los distintos ritmos de aprendizaje según las diferentes características del alumno. Características relativas, por ejemplo, a: capacidades, estilos de aprendizaje, estrategias cognitivas, experiencias y conocimientos previos, motivación, atención, ajuste emocional y social, etc.
La autoevaluación es la estrategia por excelencia para educar en la responsabilidad y para aprender a valorar, criticar y a reflexionar sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje individual realizado por el discente (Calatayud, 2002; 1999). Principalmente de entre los beneficios que presenta la realización de una auténtica autoevaluación, destacan los siguientes:
a)Es uno de los medios para que el alumno conozca y tome conciencia de cual es su progreso individual en el proceso de enseñanza y aprendizaje;
b)Ayuda a los discentes a responsabilizarse de sus actividades, a la vez que desarrollan la capacidad de autogobierno;
c)Es un factor básico de motivación y refuerzo del aprendizaje;
d)Es una estrategia que permite al docente conocer cuál es la valoración que éstos hacen del aprendizaje, de los contenidos que en el aula se trabajan, de la metodología utilizada, etc.
e)Es una actividad de aprendizaje que ayuda a reflexionar individualmente sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje realizado;
f)Es una estrategia que puede sustituir a otras formas de evaluación. Para atender a la diversidad es necesario utilizar diferentes instrumentos evaluativos para tratar de valorar la progresión de las capacidades de cada alumno. La autoevaluación puede ser una estrategia más en ese proceso de valoración.
g)Es una actividad que ayuda a profundizar en un mayor autoconocimiento y comprensión del proceso realizado y
h)Es una estrategia que posibilita la autonomia y autodirección del alumno.
De todas las razones anteriormente expuestas no cabe ninguna duda de que la autoevaluación del discente puede y debe ser utilizada como estrategia para afrontar la diversidad de intereses, necesidades y ritmos de aprendizaje del alumnado.
Algunas pautas de intervención para afrontar la diversidad a través de la autoevaluación
La autoevaluación como hemos argumentado anteriormente es una estrategia que ayuda al alumno a tomar conciencia de su progreso de aprendizaje y, además, facilita al docente comprender cual es el proceso de enseñanza y aprendizaje realizado por el discente, en relación con las dificultades acontecidas, los objetivos conseguidos, etc. (Calatayud, 2007; 2004;2004a).
A continuación presentamos un listado de técnicas que podemos utilizar para hacer realidad los procesos de autoevaluación como estrategia de aprendizaje para atender a la diversidad.
1. Bloc de autoevaluación: Se trata de una actividad en la que el estudiante evidencia los esfuerzos realizados, la valoración del trabajo conseguido (¿qué sabia?, ¿cómo lo he aprendido?, ¿qué se yo ahora?), en relación a contenidos tanto del ámbito conceptual, procedimental y actitudinal, cuáles han sido las mejores ideas, los logros conseguidos en los distintos ámbitos de conocimiento.
2. Hoja de Plan Semanal El objetivo de esta actividad es motivar al alumno para que sea responsable de sus acciones. Él sabe que tiene una semana para realizar determinadas actividades y el mismo ha de responder de su realización.
3. Herramientas de autorreflexión elaboradas por el profeso: Se trata de actividades que el docente diseña con el objeto de evaluar y comprender cómo el alumno va consiguiendo los aprendizajes. Para ello se elaboran cuestionarios, listas de control, escalas de estimación, protocolos, etc. para recoger las informaciones relevantes sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje realizado.
4. El diario del estudiante:. La reflexión sobre el diario permite detectar problemas, hacer explícitas las concepciones y posibilitar mejoras en el proceso. Desde nuestro punto de vista, el diario es uno de los instrumentos más útiles para llegar al conocimiento, análisis, comprensión y valoración del proceso de enseñanza y aprendizaje que realiza el estudiante, así como también para conocer y respetar el ritmo de aprendizaje de cada uno de ellos.
5. El portafolio, instrumento para la evaluación formativa del estudiante: El portafolio es una colección de trabajos, actividades, etc. que el alumno ha realizado durante un curso. Pero quizás, lo más importante de esta selección de actividades radique en que éste ha de estar compuesto por aquellas actividades que han permitido al discente tanto la posibilidad de valorarse más a si mismos, como de sentirse más seguros de sí mismos.
Indudablemente, esta forma de practicar la evaluación brinda la oportunidad de conocer cómo piensa cada uno de los estudiantes y cómo es su proceso de razonamiento. Así como también, recoge información no sólo de los productos sino, sobre todo, de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por lo tanto, facilita que todas las actividades de enseñanza y aprendizaje que realiza el alumnado a lo largo del curso se vayan organizando de manera coherente y constituyan piezas ordenadas en su papel de construcción de los contenidos de la asignatura. Y es, sin lugar a dudas, una de las estrategias mejores de conocimiento de los diferentes ritmos de estudio según las características de los alumnos.
A lo largo de mis años como docente en la Escuela Pública la propuesta de portafolio que hemos desarrollado con los alumnos de Educación Secundaria ha presentado dos partes: evidencias obligatorias y voluntarias. Cuando hablamos de evidencias nos estamos refiriendo a cada uno de los contenidos del portafolio que reflejan un aprendizaje del estudiante.
En relación con las evidencias obligatorias hemos planteado:
- Mapas conceptuales de todos los temas.
- Cuestiones o actividades de diferentes niveles de complejidad de cada uno de los temas, formulados por el profesor.
- Resolución de casos prácticos, etc.
Como se puede observar se trata de recoger evidencias que reflejen que han adquirido los conocimientos básicos de la asignatura.
En relación con las evidencias voluntarias:
Las evidencias voluntarias como su nombre indican son aquellas que cada estudiante decide incluir, bien porque ha realizado actividades de ampliación de alguno de los temas de su interés, o ha desarrollado interrelaciones entre diferentes aspectos de la propia asignatura o con otras. El sentido de este tipo de evidencias es dar al alumnado la libertad de dirigir su aprendizaje, en el marco de la materia, pero de acuerdo a sus propios intereses. Por ejemplo, los alumnos pueden elaborar un ensayo sobre un tema relevante del programa con utilización de fuentes bibliográficas.
Y ya para finalizar comentar que a lo largo de este artículo hemos pretendido ofrecer la oportunidad de presentar la autoevaluación como estrategia de aprendizaje para atender a la diversidad. Con la autoevaluación se persigue que el alumno "sea capaz de valorar su proceso de enseñanza y aprendizaje”. Proceso que es único e irrepetible, ligado a necesidades, intereses, expectativas y motivaciones diversas. La atención a la diversidad conlleva ritmos de estudio distintos según las características del alumnado y la autoevaluación puede contribuir a afrontarla con garantías de éxito.
Referencias bibliográficas
CALATAYUD SALOM. A. (2007): "La evaluación como instrumento de aprendizaje y mejora. Una luz al fondo”. En: A. CALATAYUD (Coord). La evaluación como instrumento de aprendizaje. Estrategias y técnicas. Madrid. MEC.
CALATAYUD SALOM. A. (2004): "La evaluación interna de los departamentos didácticos. Entre la pura cosmética, la exigencia y la necesidad” En: AA. VV Nuevos núcleos dinamizadores de los centros de educación secundaria: los departamentos didácticos. Madrid. MEC.
CALATAYUD SALOM. A. (2004a): "La autoevaluación de la práctica docente: una aventura plagada de dificultades y satisfacciones”.Revista: Ciencias de la Educación. Núm 198-199. Págs. 151-171.
CALATAYUD SALOM. A. (2002): "La cultura autoevaluativa, piedra filosofal de la calidad en educación".Revista: Educadores. Núm 204. Págs.357-375.
CALATAYUD SALOM. A. (1999): "La participación del alumno en el proceso evaluador". Revista Educadores. Núm 190-191.
jueves, 27 de septiembre de 2012
Tipos de evaluación.
La evaluación constituye una labor que debe ejecutarse a lo largo de todo el proceso, respetando los momentos señalados por los objetivos y/o aprendizajes esperados.
Hoy en día, está totalmente descartada aquella evaluación que sólo se ejecuta una vez que haya concluido el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto no hace sino reconocer que la evaluación debe estar presente desde que se inicia el proceso hasta su término, incluso en algunos casos antes de él. En este sentido, es importante destacar que para lograr una eficaz retroalimentación y lograr conocer a mayor cabalidad a los educandos, la evaluación debe contribuir arrojando información desde el inicio de éstos hasta el término de ellos en un programa determinado.
La evaluación se caracteriza por ser un proceso continuo, permanente, dinámico y sistemático. El llevar a cabo una evaluación trae como consecuencia positiva el control en términos de observar y verificar que tanto los procesos como los fines, metas y objetivos se consoliden. Es por tanto fundamental que la evaluación se haga presente a lo largo de todo el proceso.
El emprender una evaluación requiere de una debida planificación que se adecúe a los propósitos que tiene la búsqueda de información y para los efectos que es requerida. Tanto los propósitos de la evaluación como los efectos que ésta produzca, deberán ser abordados en los distintos momentos del funcionamiento del sistema.
Una evaluación cuyo propósito es reconocer el estado inicial de los educandos que ingresarán al sistema es necesario ubicarla antes de interaccionar con los estudiantes con fines predeterminados. La evaluación con este propósito debe ser efectuada a la entrada del proceso.
Una evaluación cuyo propósito es determinar el logro de objetivos o aprendizajes parciales del estudiante, debe ser ubicada durante el proceso o bien cuando los estudiantes estén interaccionando con los distintos medios y elementos que están creando las condiciones para que el aprendizaje se produzca.
Una evaluación cuyo propósito es comprobar los aprendizajes terminales o bien el grado de aprovechamiento de los estudiantes al término del proceso de enseñanza-aprendizaje, debe ser realizada cuando los objetivos que se han pretendido lograr se han cumplido. Esto significa que el profesor da por finalizado el proceso de instrucción y por ende necesita comprobar o verificar la efectividad de aprendizaje de sus alumnos.
De acuerdo a esto se reconoce que la evaluación cumple un rol en la Entrada, en el Proceso mismo y en la Salida (Producto) de éste.
Es posible, conforme a lo anterior, recoger información sistemáticamente y otorgar al profesor la retroalimentación necesaria para optimizar el funcionamiento, como el cumplimiento de los fines, metas u objetivos del proceso y del sistema en general.
De acuerdo al momento en que se realiza y al fin que persigue, la evaluación se divide entre tipos: Diagnóstica o De Entrada, Formativa o De Proceso y Sumativa o De Salida.
1) Evaluación Diagnóstica.
La evaluación diagnóstica es aquella que se realiza al momento de iniciar o antes del proceso enseñanza-aprendizaje. Por lo general, persigue responder la interrogante: ¿En qué condiciones se encuentran los alumnos, antes de iniciar el proceso de enseñanza-aprendizaje?.
Este tipo de evaluación es la primera fuente de información que proporciona al profesor elementos de juicio para tomar decisiones con finalidad proyectiva, vale decir, lo que traerá consigo el proceso a emprender.
En términos específicos, lo que se pretende con una evaluación diagnóstica es:
- Determinar el punto de partida del proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Identificar los conocimientos previos, destrezas previas y actitudes en términos de conductas de entrada.
- Prever causas que podrían afectar el aprendizaje de los estudiantes.
- Precisar cuál será la metodología más adecuada al grupo.
Por otro lado, los efectos posibles o decisiones de una evaluación diagnóstica suelen ser los siguientes:
- Nivelar a los estudiantes.
- Replantear los objetivos del Programa (modificarlo).
- Iniciar el proceso de acuerdo a lo planificado.
2) Evaluación Formativa.
Este tipo de evaluación se lleva a cabo mientras el proceso está en curso. Su finalidad principal es ver cómo se está desarrollando el proceso, vale decir, constituye la base para una retroalimentación del proceso. En este sentido, tiene un carácter remedial, por cuanto a través de la información que nos entrega se podrán tomar las providencias para encauzar en mejor forma tanto el aprendizaje de los estudiantes como la enseñanza del docente.
La evaluación formativa es de mucha utilidad para el docente, quien puede aprovecharla como una autoevaluación. De este modo, “a través de la evaluación con estas características el profesor puede evaluar perfectamente su gestión docente, introducir modificaciones, innovar metodológicamente, justificar claramente la evaluación diferenciada, etc.” (Riquelme, 1994).
En particular, la evaluación formativa tiene por objetivos específicos:
- Controlar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Retroalimentar el proceso.
- Identificar dificultades en el logro de los objetivos.
Los efectos o decisiones que se vislumbran comúnmente después de una evaluación formativa son los siguientes:
- Reforzar a los estudiantes en torno a los objetivos con dificultad para ser logrados.
- Otorgar mayor tiempo a aprendizajes de mayor dificultad.
- Readecuar las estrategias y la metodología de enseñanza.
- Continuar de acuerdo a lo planificado.
3) Evaluación Sumativa.
Esta evaluación se realiza en el momento en que el proceso finaliza o está culminando. En general, constituye una instancia evaluativa a través de la cual se pretende determinar la calidad del producto o resultados de aprendizaje. A través de este tipo de evaluación se puede determinar si los estudiantes cumplen o reúnen las cualidades que se pretendieron que adquiriera y si tiene las competencias que se establecieron como mínimo.
La evaluación sumativa es determinante, dado que el proceso ha finalizado y por consiguiente se observa el nivel alcanzado por los sujetos que estuvieron expuestos a él.
Con la información obtenida se puede nuevamente retroalimentar el sistema, pero los estudiantes ya no tienen la posibilidad de recuperar o más bien dicho superar las deficiencias demostradas en esta etapa final.
Con la evaluación sumativa se llega a sancionar el proceso mediante las calificaciones, vale decir, con la calificación de cada alumno se formaliza el proceso de evaluación.
Los principales propósitos que se persiguen con una evaluación de carácter sumativo son los siguientes:
- Determinar el grado en que se han alcanzado los objetivos.
- Retroalimentar todo el sistema.
- Calificar el rendimiento de los alumnos.
Los efectos o decisiones posibles a raíz de una evaluación sumativa son los siguientes:
- Aprobación o Promoción de alumnos.
- Continuar con la siguiente unidad y/o proceso.
Formas de evaluación.
Las tendencias actuales en educación plantean que los planes y programas de un “nuevo currículo” deben procurar el que los estudiantes puedan construir los conocimientos y competencias de manera propia y mediante una aprendizaje activo y participativo.
Al respecto, Santibáñez (2000) señala que el proceso evaluativo podrá fortalecer el desarrollo y logro de estos propósitos si su ejecución permite participar no sólo al profesor sino también al alumnado.
Ander-Egg (1996), al referirse a las características que debe poseer la evaluación, plantea que debe ser integral, continua, formativa y cooperativa. Quizás el elemento más nuevo de los mencionados sea el último. Hoy todos los intentos pedagógicos en la educación se vuelcan por desarrollar una evaluación cooperativa, “...con lo cual se amplía el sujeto evaluador, en cuanto procura que participen en esta tarea todas las personas que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje”. De ahí entonces, la idea de que los estudiante también deben participar en el control y valoración de su propio aprendizaje. Para cumplir con esta tarea, es necesario que los estudiantes conozcan a priori los criterios de evaluación que se van a utilizar, a fin de que puedan detectar errores y deficiencias de aprendizaje, para saber si han comprendido los conceptos, si dominan determinados procedimientos, técnicas y métodos, y cuáles son las actitudes y conductas esperadas.
Esta característica de la cooperatividad de la evaluación se evidencia en la práctica a través de la autoevaluación y la coevaluación.
¿Qué se entiende por autoevaluación y coevaluación?
a) Autoevaluación.
“La autoevaluación es la que se practica el propio agente, adoptando una actitud crítica personal” (Ramo y Gutiérrez, 1995). En otras palabras, es la forma de evaluación por medio de la cual el sujeto juzga sus propios conocimientos actitudes, habilidades y destrezas.
Según Ander-Egg (1996), la utilidad y ventaja de esta modalidad se apoya en el supuesto de que el que se autoevalúa puede revisar por sí mismo sus propias actividades, como estudiante, y desarrollar, como persona, la capacidad de autocrítica. En efecto, la autoevaluación puede ser muy educativa, ya que el alumno que está estudiando de manera continua hace, al mismo tiempo que estudia, un aevaluación permanente de su trabajo.
b) Coevaluación.
“Es la que se realiza cuando un grupo expresa las valoraciones de los trabajos de alguno de sus miembros o del grupo en su conjunto” (Ramo y Gutiérrez, 1995). Esta forma evaluativa responde a la idea de que del mismo modo de que se potencian el trabajo en grupo y el trabajo en equipo, se deben buscar formas de evaluación grupal.
Ander-Egg (1996), advierte que la participación de los alumnos en la evalución grupal, en algunos casos, crea problemas. “Por ejemplo, cuando existe un acuerdo entre ellos para atribuirse o asignarse las notas más altas posibles, con lo cual tienen mejor expediante académico y están en mejores situaciones para competir”. También podría darse una “solidaridad malentendida”, consistente en ayudar a quien está cercano a una reprobación o situación similar.
Según Ríos (2000), con relación a la participación de los actores escolares, es posible aplicar el principio de cooperatividad de la evaluación, el cual permite incorporar a los estudiantes al proceso de evaluación, principalmente en los aprendizajes vinculados a las actitudes, a través de procesos de autoevaluación y coevaluación, favoreciendo con ello la propia valoración de sus fortalezas y debilidades como aprendiz.
De acuerdo a esto, entonces, se persigue disminuir el alto poder que le otorga la heteroevaluación al profesor –especialmente por medio de la calificación- descentralizando el acto evaluativo, con el propósito de fortalecer el compromiso de los estudiantes en la construcción de sus propios aprendizajes.
Esta situación está relacionada con un proceso de “descentralización del acto educativo”. Lo que Ríos (2000) ilustra en el siguiente esquema:
El desarrollo de las capacidades de autocrítica y crítica, implícitas en la evaluación, no sólo están relacionadas con aspectos actitudinales como la honestidad, la responsabilidad, lealtad, etc., sino también con las capacidades intelectuales, como el desarrollo de destrezas metacognitivas (conciencia acerca de los principales aspectos de sus procesos mentales.
Tanto la autoevaluación como la evaluación de pares deben desarrollarse preferentemente en un contexto pedagógico en que se lleven a la práctica metodologías activas participativas, con la utilización de diversos materiales didácticos; en donde el docente cumpla un rol como facilitador de los aprendizajes de los estudiantes.
Importancia de la autoevaluación y de la coevaluación.
Según Santibáñez (2000), que los alumnos ejerciten su propia evaluación (autoevaluación) y la evaluación de sus condíscipulos (coevaluación) les permitirá verificar formativamente sus vacíos, errores, dificultades y progresos encontrados en el camino que deben recorrer para lograr los aprendizajes esperados. Así el estudiante aprenderá a no estar siempre dependiendo del docente para analizar, interpretar y juzgar los temas abordados en cada clase, sino que se capacitará para tomar conciencia, reconocer, aceptar y valorar, con argumentos fundados, honestos y responsables, la calidad y de su desempeño y el de sus pares.
Esto será la base para que el alumno se comprometa activa y permanentemente en la construcción y valoración de su propio aprendizaje y el de sus compañeros.
De lo anterior se desprende que las instancias evaluativas no sólo deberán circunscribirse a los momentos de aplicación de pruebas escritas u orales para fines de calificación de aprendizajes, sino que deberán comprender todo momento y circunstancia en que se desarrollen los procesos educativos, por ejemplo, cuando se realicen trabajos grupales en terreno, en laboratorio, a través de exposiciones, discusiones o debates, etc.
De esta forma el proceso evaluativo contemplará características como las anteriormente descritas, específicamente la cooperatividad, cumpliendo así un rol realmente formativo y orientador tanto del autoaprendizaje como del aprendizaje colaborativo de habilidades, destrezas, capacidades y actitudes.
El proceso integral de evaluación incluye por cierto la labor del docente, vale decir, no sólo el profesor evalúa a los alumnos y éstos a su vez se autoevañlúan y se evalúan entre sí, sino que también puede evaluarse al docente. Situación esta última que permite una real retroalimentación a nivel de aprendizaje y también a nivel de sistema de enseñanza.
Sin embargo, se debe tener claro que no todas las acciones de la labor docente pueden ser evaluadas por los estudiantes. Hay algunas que no son observables por el alumno y otras que por falta de formación aún no están capacitados para evaluar. Al respecto Ríos (2000) señala que la evaluación de los alumnos hacia la labor docente “... debe darse en aquellas actividades en que los alumnos estén en condiciones de juzgar, las que en general se refieren a aspectos vinculados a la metodología, evaluación, material didáctico y a la relación que se establece entre ambos actores educativos en el contexto del aula. Otros ámbitos de la docencia no pueden ser juzgados por los estudiantes, quedando algunos aspectos del desempeño docente a juicio de su superior, de un par o a la propia apreciación que el profesor tiene de sí mismo”.
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