Queridos niños, ¿sabéis lo que es la escuela?
“Me parece que todos estáis diciendo alegremente que sí. ¿Quién ignora que la escuela es el establecimiento a donde acuden los niños a instruirse y educarse, es decir, a recibir conocimientos útiles como la lectura, escritura, aritmética, etc. Y adquirir nociones de los deberes que tienen para con Dios, la patria y la sociedad en que viven? La escuela es la gran antorcha colocada en medio de las tinieblas de la ignorancia; en su recinto están los maestros, apóstoles de la ciencia, encargados de reunir en torno de ellos a los niños para disipar, con la luz de la verdad, las sombras que obscurecen las inteligencias sin cultivo, y enseñarles a distinguir el bien del mal, grabando en sus corazones los medios de practicar la virtud y huir del vicio. La escuela es el templo de la patria, en el que vuestros cariñosos maestros os enseñan los hechos gloriosos de nuestros ilustres antepasados, en ella hay erigidos altares a los grandes próceres: San Martín, Belgrano, Moreno, Rivadavia, Sarmiento son las imágenes que veneráis, como un tributo de gratitud que pagáis a sus esfuerzos. Nuestro país ocupa ya un lugar entre las naciones adelantadas del globo, por el estado de adelanto de su instrucción pública, casi no queda un pueblo en la República que no tenga escuela para educar a sus niños.… No olvidéis nunca la escuela donde recibisteis la primera instrucción y cuando seáis hombres y paséis por uno de estos edificios, descubríos con respeto cual si pasaseis por la puerta de un templo, puesto que sabéis que ése fue el de vuestra educación.” JUAN FERREYRA
La lectura del texto anterior nos sirve para pensar varios de los temas. Lo que se advierte en el relato es que estaba claramente establecido, al menos para el autor, cuál era la misión de la escuela, qué papel le otorgaba la sociedad y cómo se articulaba una formación ciudadana con los propósitos morales.
La escuela de la que nos habla el relato, está claramente identificada con un proyecto de país y transmite los propósitos de su formación: recibir conocimientos útiles y nociones sobre deberes para con Dios la patria y la sociedad. A su vez, dedica claramente un lugar y una labor -en ese proyecto- para el maestro (apóstoles de la ciencia).
Analizaremos el texto anterior y estableceremos las diferencias entre la escuela de principios del siglo XX y la actual.
A partir de ello:
Evidenciaremos cuáles son los valores y postulados que aún hoy, en forma explícita o implícita, perduran en la escuela.
Valiéndonos del último párrafo del texto leído, incorporaremos una idea que consideramos transversal en PEDAGOGIA.
El párrafo hace mención al reconocimiento que deberíamos tener al pasar frente a una escuela por lo que ella representó para nuestra educación. No es exactamente en este sentido que lo vamos a tomar, pero merece nuestra atención el hecho que cada uno de nosotros, antes de trabajar en una escuela, ha ocupado un lugar como alumno.
Es decir, la institución escolar tiene la particularidad de que cada uno de los miembros que allí desempeña funciones ha estado desde otro rol y con otras atribuciones formando parte de la institución escolar. No es habitual que quienes se desempeñen en una institución hayan estado en ella desde otra posición.
Sin embargo, para el caso de la escuela, todos los que allí trabajamos hemos pasado por ella. Es decir, tenemos una historia personal, subjetiva, con la institución. Si reafirmamos esta noción es porque consideramos que quienes cumplimos funciones en las escuelas portamos una historia, a la que llamaremos biografía escolar, que se actualiza con nuestra presencia allí.
Cuando decimos actualizar estamos sugiriendo que lo vivido en la historia personal deja marcas que tienen una implicancia en nuestro desempeño en la actualidad. El pasado de cada uno como alumno influye de algún modo en nuestra posición en la institución escolar. (Velazquez Mackenzie Gabriela)
La modernidad es la denominación a una etapa histórica de la Cultura Occidental, la cual trata de fijar la ruptura con la Edad Media, su verdadero reflejo se percibe en el desarrollo de cuatro elementos históricos: la urbanización (desde el Siglo XI), la burguesía, la ciencia experimental (desde el Siglo XV, consolidada a fines del XVI) y la Reforma Religiosa (principios del XVI). Estos cuatro elementos fueron desarrollándose y en esta sucesión de adaptaciones y cambios implican una nueva forma de concebir la realidad. Se concibe un nuevo lugar para el sujeto como protagonista de su historia y de la Historia, pero también como conocedor y hacedor de la realidad. Justo aquí podríamos agregar que “El conocimiento es poder” (Francis Bacon).
Todo esto que la ciencia demostró experimentalmente y construyó teóricamente, la burguesía lo había descubierto y con ello se enriquecía, a través del dominio de la naturaleza pasando al dominio financiero y luego al social encaminándose al político en pos de la Revolución Francesa, siendo la religión parte del mismo proceso. La Iglesia ya no es mediadora entre el hombre y Dios, hay que leer la Biblia para leer la Biblia hay que saber leer, además para leer la Biblia debe haber Biblias, todo esto trae aparejada una consecuencia educativa: Lutero entonces supeditó la escuela fuertemente a un fin religioso, la construyó universal, obligatoria y gratuita y la concibió como “obligación del Estado”. Y aquí está el origen de la cultura intelectual, enciclopedista, cientificista y realista del mundo influenciado culturalmente por la Reforma, aunque Lutero no era pedagogo, era un teólogo que se desvió hacia la política.
A partir de este momento aparece Comenio y se desarrolla con gran ímpetu la creación escolar.
Creo que hay un punto en común entre Comenio y Rousseau ya que este último considera que el niño es un ser inacabado con capacidades innatas para alcanzar logros superiores y convertirse en adulto y Comenio, piensa que la infancia supone mayor capacidad para aprender, porque cuando se es niño todavía no se sabe nada, por lo tanto la niñez es el punto de inicio y la base para el logro de metas superiores y la formación de un hombre completo y complejo. Comenio dice “todo a todos” y por su parte Rousseau habla de la necesidad de “respetar los tiempos de la niñez”.
En lo que difieren es en la manera, en el método, pero esto también sucede actualmente, elegimos la metodología que más se adapte al grupo para que el alumno aprenda, razone, piense, reflexione de forma crítica, que se forme como un ciudadano con valores.
Hoy podemos decir que es importante garantizar el acceso al conocimiento de todos los niños, respetando sus tiempos, intereses y "saberes", aunque estamos pasando por una etapa difícil, mucha incertidumbre para todos. Hablamos de contener a los niños, ¿y a los maestros?¿quién los ayuda, quién les muestra el camino más adecuado para resolver situaciones de violencia, de abuso, generadas por la pobreza, la marginación, el abandono?. Ya no sirve ese planteo de métodos sin opciones, para un grupo heterogéneo de niños, aunque todavía muchos educadores parecen ser fieles discípulos de Comenio cuando dice "Todo a todos".
Una vez incluido en la escuela, el niño es sometido a una serie de prácticas, las prácticas pedagógicas, con un fuerte carácter normalizador: la escuela define lo que es esperable y lo que no, lo que significa un “niño normal”, un “alumno medio”, ofreciendo ambos como términos de comparación para el comportamiento y el desempeño de los sujetos reales.
De esta manera podemos caracterizar al aprendizaje escolar como un tipo específico de aprendizaje que:
De esta manera podemos caracterizar al aprendizaje escolar como un tipo específico de aprendizaje que:
•Tiene lugar en el marco de los procesos educacionales formales, se diferencia tanto de los aprendizajes naturales y espontáneos que se producen en la vida cotidiana, como del aprendizaje en las situaciones de crianza.
•Es de carácter artificial porque está determinado y caracterizado por el dispositivo escolar como el producto del proyecto político y social sobre la infancia, pues ésta se constituye a partir del proceso de escolarización y comienza a distinguirse cuando paulatinamente se recorta la figura del niño como un ser heterónomo, con necesidad de protección y un desarrollo específico.
•Está marcado por los determinantes duros del dispositivo escolar: la organización graduada, obligatoria y una particular organización espacio - temporal.
•Su modalidad radica en el uso que promueve y efectúa de instrumentos semióticos (como la escritura) y de los lenguajes formales (como el matemático) produciendo efectos descontextualizadores sobre el desarrollo cognitivo
Uno de los principales males de la escuela tradicional estaba en el casi completo aislamiento de la vida social real, no se le daba significación al aprendizaje. Esto no significa que la educación no se centre en el niño, es evidente que empieza y termina con él. Pero este no es algo aislado, su experiencia no está completa en sus impulsos y emociones sino que debe proyectarse al mundo de los objetos y personas.
Una de las principales utopías de la escuela de hoy, es terminar con las desigualdades existentes entre la realidad escolar y la que el alumno experimenta con el mundo que lo rodea, no ofrecerle al alumno una sola realidad.
De esta forma el discurso pedagógico experimentó otras transformaciones importantes a partir de la aparición de la llamada “pedagogía de estado”, que ha tenido un papel primordial en la instauración de los sistemas educativos modernos, en la inmensa escolarización de masas que se inició en el siglo XIX. Al colocarse el Estado como garante y controlador de la educación escolar, ésta se volvió una cuestion de estado.
Tengo miles de recuerdos de mi paso por la escuela, será porque toda mi vida pasó y sigue pasando por esta institución, siempre como alumna y desde hace once años además como docente, aclaro que ya cumplí mis cuarenta añitos y me faltan unos más para concretar mis expectativas así que seguiré un poquito más como alumna institucional para seguir siéndolo únicamente de la vida.
Tengo un recuerdo que me da vueltas por la cabeza cada vez que me toca enseñar multiplicación o división a mis alumnos, él me lleva indagar e individualizar a cada uno de mis alumnos muy detenidamente, casi en forma obsesiva, diría yo, para saber si comprendieron el tema o presentan alguna dificultad.
Esto es resultado de que me recibí en 5º año de Perito en Técnicas Bancarias e Impositivas, en el año 1990, sin saber dividir por dos cifras y sin saber las tablas!!!! Si!!! Aunque Usted no lo crea!!!!!!
Si bien en ese momento no me importó, más tarde me fui dando cuenta de la gravedad de la situación, en especial después de varios años cuando pensé en ser docente de educación primaria.
Se preguntarán cómo llegue a esa instancia después de siete años de escuela primaria y cinco de secundaria. Yo tampoco lo sabia hasta que lo relacioné con los texto leídos en la cátedra.
Comenius plantea en su "Didáctica magna" una escuela democrática, que alcance a todos, pero entretejida en una alianza entre el estado y la familia. Todos sabemos que hoy tenemos aulas con problemáticas severas, en donde algunas familias no apoyan la tarea del docente. Esto lleva a que el docente deba dejar de lado la enseñanza para abarcar otras problemáticas, esto los lleva, pero por suerte estoy segura que no a todos, a tratar de contener y dar la clase como se pueda. En la tarea cotidiana se van dejando de lado un montón de situaciones que tienen que ver con la tarea docente para ser cambiadas por otras, como asistencialismo por ejemplo.
Esta situación actual sumada a la mía me hace acordar a un texto de un excelente libro que tuve la suerte de leer: “Chocolate para el alma” en el cual una de las lecturas hablaba sobre un niño llamado cero que un día murió…simplemente desapareció y nadie se acordaba de él. El conductor del micro se acordaba que un niño ocupaba ese lugar pero no recordaba ni como era. La maestra decía que como no molestaba y no daba problemas en clase no se acordaba como se llamaba… y así había pasado su vida escolar, inadvertido para todo el mundo porque no generaba ningún tipo de problemas.
Así como las utopías de la pedagogía consisten en la instauración de puntos de llegada hacia una instancia superadora de grandes finalidades referentes al orden social, dentro del cual está inmersa la institución escolar. Para Comenius se trata de erigir un instrumento capaz de “enseñar todo a todos”, esto incluyendo a los dos sexos, todas las edades contenidas en la juventud y a todas las clases sociales: “ideal pansófico”.
Para su logro, Comenius confía en la creación de escuelas que respondan a tal fin, ya que argumenta que hasta ese momento se ha carecido de escuelas que respondieran al mismo, y además debe tenerse en cuenta la alianza entre la escuela y familia ya que es la emigración de lo paterno a lo magisteril, a partir de ese momento la educación será transferida al ámbito público, lo que implica un control general y extrafamiliar de la acción adulta sobre la infancia. Ese control será ejercido por el Estado, quien también actuará como arbitro de dicha alianza en caso de que no se cumpla lo pactado.
Como señala Narodowski, "... para lograr el cometido de la universalización a través de un sistema público (estatal o no) de educación escolar, es necesario un tácito contrato entre maestro y padre mediante el cual aquél se encarga de las tareas que originariamente --que "naturalmente"-- le corresponden a éste, pero que en virtud de la división compleja de la sociedad en primer término y, consecuentemente, del proceso creciente de especialización no puede ni debe efectuar"[1].
Con el pase de la educación familiar a la escolarización comienza la operación de Universalización. Ya que para Comenius la educación de los hijos “corresponde naturalmente a los padres, pero les ayudarán los maestros de las escuelas, ya que son raros aquellos que sepan o puedan enseñar a los suyos”. Aquí podemos observar que la función docente es complementaria de la paterna.
Para Comenius no hay posibilidad de Universalización de la educación escolar si este dispositivo de alianza maestro-padre, escuela-familia, no está instalado e institucionalizado.
Rousseau mata en forma metafórica a los padres, la razón es evidente, va a ser la única condición para establecer la alianza, así el niño (el hijo) se transforma en alumno (educando, discípulo). En Emilio lo expresa en: “Emilio es huérfano. No importa que tenga su padre y su madre. Cargados con sus deberes, yo les sucedo en todos sus derechos. Él debe honrar a sus padres, pero no debe obedecer a nadie sino a mí. Esta es mi primera, o, mejor dicho, mi única condición”.[2]
A partir de esta alianza se establece el medio capaz de garantizar un ordenamiento escolar de la educación de todos los niños, de todos los alumnos.
Como asegura Narodowski, “Rousseau además penetra en la naturaleza misma del contrato: si el maestro carga con el deber que ‘naturalmente’ le corresponde al padre, también heredará sus derechos ‘naturales’, o sea, el poder total sobre el hijo ajeno pero ahora categorizado como alumno.”[3] Esto va a ocurrir dentro del ámbito escolar. La finalidad de la educación es la formación para la función de ciudadano.
Actualmente esta alianza escuela-familia es virtual, ya que en realidad las escuelas se asemejan a un depósito temporal de niños mientras los padres trabajan. Hay padres que en el único momento que asistieron a la escuela de sus hijos fue el de la inscripción. Mi caso fue uno de ellos, me inscribieron y como nunca molesté entonces era buena y aprobaba todo. Ni la escuela ni mi familia se daban cuenta de que no tenía ni idea de cómo hacer una cuenta de dividir.
La función docente es complementaria de la paterna y surge ante una carencia. El maestro, que es el especialista, tiene como objeto la permanente “vigilancia” sobre la producción didáctica, su deber es enseñar a un grupo de alumnos un mismo saber al mismo tiempo y con el mismo grado de dificultad. Para ello debe seguir un camino: proceder de lo general a lo particular, de lo más fácil a lo más difícil, no cargar con exceso a los aprendices, proceder despacio en todo, enseñar todo por los sentidos, utilizando siempre un sólo y único método.
“Todos los preceptos ordenan directamente la actividad del educador a fin de que nada de su accionar quede librado ni al azar ni, obviamente a su propia iniciativa, ya que no se presumen diferencias de ningún tipo entre profesores que deban ser respetadas. El maestro es el elemento neutro de la pedagogía moderna el que, como la unidad en el producto, sólo va a transmitir asépticamente lo operado por los otros factores.”[4]
Para Comenius este especialista debía actuar ordenada y eficazmente sobre la niñez, mantener el orden, arrancándole a los padres la función educadora para darle a los niños una correcta enseñanza, a los cuales se debía sancionar sólo en casos circunstanciales y estas sanciones debían ser en público, a la vista de todos.
Para Rousseau la infancia es un hecho natural. El niño es definido habitualmente en forma negativa, desde la carencia, la falta de juicio, la ausencia de razón, desde sus necesidades: necesita ser cuidado, protegido y conducido por un adulto, por su incapacidad de comportarse en forma autónoma y racional.
“La educación es un proceso teleológico y para que se entienda de este modo Rousseau utiliza la metáfora de la jardinería. El niño es una planta y el preceptor es el jardinero que hace que se desarrolle adecuadamente: ‘Se forman las plantas por el cultivo y los hombres mediante la educación’”.[5]
De esta forma el niño va a ser en cierta forma moldeado, se va construyendo como un ser heterónomo, siempre debiendo obediencia al adulto del cual va a depender su cuidado. Esta dependencia se considera del estado natural al estado social.
La Salle, cura francés perteneciente a una orden religiosa que dependía del clero, para quien lo fundamental era evangelizar ya que debía rendir cuentas al Santo Padre en Roma. En el dispositivo familia – escuela a través de un contrato explícito entre maestros y padres halla una vía para su fin. Para ello se construían fichas individuales de los alumnos que constituían un inventario el cual facilitaba la ubicación en catálogos, así los expertos se podían hacer cargo de los niños “con conocimiento de causa”. Ya que en ellos se encontraban las respuestas de los padres y de los alumnos refiriéndose a la vida pasada, constituyéndose un dispositivo de confesión. Este proceso, anámnesis, convierte a la pedagogía en un saber socialmente generalizado ya que todos los que participan de la alianza conocen y controlan los criterios de normalidad. Esta es la forma en que el dispositivo de alianza escuela-familia se instala en un contrato entre maestros y padres y así va a garantizar el poder de la escuela por sobre la infancia encerrada en ella, delimitando definitivamente su pedagogización. Este contrato va desde que los padres realizan la “inscripción del niño” en la escuela hasta someterse al proceso anterior dicho de confesión de datos vitales de la historia familiar, para determinar condicionantes de la conducta infantil.
La inserción de la familia en el sistema escolar, a través del dispositivo de la alianza conlleva a un generalizado saber sobre los criterios de normalidad. Ante una falta por parte del cuerpo infantil el castigo debe ser íntimo: el educando acepta su culpa en forma voluntaria y respetuosa, ya que el culpable siempre es el niño no el maestro. Para ello “La Salle apela a la profundización del dispositivo... (...)... es necesario decirles a los padres que no escuchen las quejas de los hijos contra el profesor, si no hubiesen cometido alguna falta no hubieran sido castigados y si no quieren que sean castigados, no deben enviarlos a la escuela.”[6]
Lasalle me hace sentir un poco de culpita por no haber aprendido a dividir y a multiplicar pero por suerte según Comenio falló la vigilancia!!!
Para Lasalle el maestro debe ser discreto, no familiarizarse con los alumnos manteniendo un distanciamiento objetivo e infundir respeto, generando las condiciones óptimas de disciplina escolar. Se tratará de un profesional apto para ocupar el lugar del que sabe, que vigila, capaz de contribuir a la formación de saberes de manera correcta, ya que a su vez también existirá un control sobre él, exigiéndole una actitud ejemplar. A través de estos elementos, el maestro se construye, en el imaginario colectivo, como una mirada omnipresente y omnipotente. Se produce en La Salle la profesionalización del maestro como tal, y perpetúa su imagen como sustituto de los padres.
“Es evidente que existe la búsqueda de una imagen de maestro capaz d advertirlo todo, incluso cuando no se encuentras presente. La seriedad del educador es un constituyente principal en la construcción de esta imagen. El maestro debe ser una persona seria porque esa es la característica central de los adultos. Se exige de él una férrea gravedad exterior y una moderación plena tanto en las acciones como en las palabras. Su presencia no puede permitir detalles banales ‘que denoten infantilidad’ ni en sus conducta ni en su apariencias. El maestro no ríe ni hace cosas que puedan provocar risas en sus discípulos, en los padres o en los otros maestros.”[7]
Dicho control se trata de una vigilancia jerárquica que asegura el mantenimiento y buen funcionamiento del dispositivo, a través un cuidado constante que evite las faltas y abarque todas las actividades escolares: nada puede quedar hecho sin ser observado o chequeado.
El maestro para llevar a cabo la vigilancia confeccionará fichas con datos del alumno que le permitirán un control exacto y funcional del cuerpo infantil, en ellas constaran buenas y malas cualidades de los alumnos.
Hablar es otro de los atributos que le corresponden al maestro, y el alumno sólo puede hacerlo si está autorizado por éste, la comunicación entre ambos será no verbal. Instalando una serie de rituales o "señales" que marcarán el inicio y finalización de las actividades.
Finalizando podemos decir que la pedagogía de La Salle, será la del "detalle", y que él prefería el prevenir la desviación de la conducta que castigarla, y para ello utilizaba el poder, el poder de la vigilancia jerárquica sobre la norma.
[1] NARODOWSKI, M. (1994), "Cáp. 2: El imperio del orden", en: Infancia y Poder La conformación de la Pedagogía Moderna, Aique, Bs.As., Pág. 6.
[2] ROUSSEAU, J. (1985), "Libro Primero", en: Emilio o De la educación, Editorial EDAF, Pág. 12.
[3] NARODOWSKI, M. (1994), "Cáp. 2: El imperio del orden", en: Infancia y Poder La conformación de la Pedagogía Moderna, Aique, Bs.As., Pág. 6.
[4] NARODOWSKI, M. (1994), "Cáp. 2: El imperio del orden", en: Infancia y Poder La conformación de la Pedagogía Moderna, Aique, Bs.As., Pág. 13.
[5] COBO; R; Fundamentos del patriarcado moderno JJ Rousseau Capítulo 4. Pág. 5
[6] NARODOWSKI, M. (1993), “Cáp. 3:"La pedagogización de la infancia" en: “Infancia y Poder”, Aique Bs. As. Pág. 9
[7] NARODOWSKI, M. (1993), “Cáp. 3:"La pedagogización de la infancia" en: “Infancia y Poder”, Aique Bs. As. Pág. 5
Bibliografía
Comenius, J. (1997), “Cap. IX. Se debe reunir en las escuelas a toda la juventud de uno y otro sexo”, en Didáctica Magna.Comenius, J. (1997), “Cap. X. La enseñanza en las escuelas debe ser universal", en Didáctica Magna.