El objetivo
es problematizar la noción de evaluación desde una mirada estrictamente
didáctica. Se trata de entender los dilemas morales, epistemológicos,
conceptuales, cognitivos y metodológicos que intervienen en la evaluación
cuando diseñamos acciones de enseñanza mediadas por nuevas tecnologías.
Abrimos el
tema con una frase de Anijovich que posiciona claramente el lugar de la
evaluación en tensión con la enseñanza:
"En general el tema de la
evaluación se analiza como un elemento más de la planificación relegando su
mirada a cuestiones puramente instrumentales. Ahondar en la evaluación es
considerar las emociones que despierta en el evaluador y en los evaluados;
interpelar los contenidos y los modos de enseñar y aprender, los valores que se
ponen en juego, los criterios de inclusión y exclusión, las creencias de los
docentes acerca de las capacidades de aprendizaje de sus alumnos (2010:
18)".
En este
sentido, nuestras prácticas de
evaluación se alinean con el modo que construimos para enseñar. En esta
relación compleja, se tensan las nuevas tecnologías como objetos simbólicos que
reclaman una profunda integración y transforman, en cierta medida, los modos de
enseñar y de aprender.
La
integración de las nuevas tecnologías en las prácticas de enseñanza no
implicaría solo una alternativa para que los docentes puedan innovar en sus
propuestas de enseñanza, sino fundamentalmente una responsabilidad ética y
política que responda a las transformaciones de orden epistemológico que se
están sucediendo a nivel sociocultural.
Implica
claramente una postura política y moral, en términos de Litwin, que considera
que su verdadera inclusión (desde la mirada de justicia y autenticidad),
conlleva igualdad en la calidad de los modos de enseñar y, por lo tanto, de
evaluar.
Es una
“profunda integración” de las nuevas tecnologías en las aulas y cómo estas
transforman las nociones de verdad y conocimiento y, por ende, lo imperioso que
es reconfigurar nuestras prácticas de enseñanza y construir lo que Maggio
(2012) define como enseñanza
poderosa.
Esta
autora sostiene que la enseñanza poderosa se caracteriza por:
- dar
cuenta de un abordaje teórico actual,
- mirar
en perspectiva, estar formulada en tiempo presente, ofrecer una
estructura que en sí es original,
- y
conmover y perdurar.
La propuesta de esta clase será pensar qué tipo de
evaluación se corresponde con esta forma de enseñar. En palabras de Maggio
(2012), la enseñanza poderosa “da
cuenta del estado del arte, del modo de entender un tema de
actualidad con todo lo que ello pueda implicar de debate, controversia,
dificultad o matices. También con lo que signifique en términos de reconocer
los interrogantes y aciertos, que son precisamente los que justifican que se
siga construyendo en un campo determinado” (2012: 47).
Una evaluación poderosa da cuenta de un
abordaje teórico actual...
No se
trata solo de actualización disciplinar, sino de una complejidad disciplinar
que habilite la explicación y profundización. Aquí las TIC son centrales. Los
nuevos entornos tecnológicos aparecen entramando los modos en los que el
conocimiento se construye, pero también aquellos a través de los cuales se
difunde. La tecnología crea
oportunidades de actualización inéditas para el conocimiento.
Un
ejemplo de propuestas de evaluación que aboguen por esta idea de conocimiento,
podrían estar vinculadas con ejercicios que impliquen pedir a los alumnos
acciones de investigación en la web. Es decir, elaboración de trabajos
monográficos que requieren navegar en la red para utilizarla como fuente de
información.
Sin
embargo, al no comprenderse en profundidad los modos en los que circula y se
produce el saber en el contexto de la web, no se suele acompañar a los
estudiantes con criterios para hacer estas búsquedas y, por lo tanto, escapan a
los parámetros de evaluación. Circulan frases del estilo "internet no
sirve porque solo cortan y pegan", "arman las monografías sin leer lo
que copiaron", etc.
A
continuación, ofrecemos un listado de habilidades que se requerirían para
realizar lecturas críticas en la Web (Burbules y Callister, 2001) susceptibles
de ser traducidas en criterios de evaluación para este tipo de actividades, que
podrían ser insumos para repensar estos trabajos de investigación en internet y
diseñar los instrumentos para evaluarlos:
Habilidades para investigar en la Web
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Criterios posibles de evaluación
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La Web,
entendida como rizoma, es un mapa y no un trayecto. Se demanda, entonces, la
capacidad del sujeto para tomar decisiones y construir un camino personal de
lectura.
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- Originalidad
en la construcción de las ideas.
- Justificación
de las ideas formuladas.
|
En las representaciones
hipertextuales del conocimiento, los nodos se nivelan; a priori, ninguno es
más importante o central que otro.
Se requiere, por lo tanto,
capacidad para comprender el conocimiento como una construcción social,
resultado de la pluralidad de voces, la relatividad del conocimiento, la
ausencia de verdades únicas, etcétera.
|
- Capacidad
para identificar puntos de vista diferentes frente una misma problemática.
- Capacidad
para reconocer las fuentes y procedencia de las ideas.
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Los textos en la Web producen
el efecto de fragmentar y descontextualizar las ideas al liberarlos de su
posición en alguna narración o línea argumentativa. Por lo tanto, demanda la
capacidad de diseñar marcos interpretativos genéricos o procesos de
pensamiento heurísticos capaces de producir comprensiones globales que
otorguen sentido a la fragmentación.
|
- Capacidad
para integrar las ideas.
- Capacidad
para relacionar lo particular con lo general.
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La Web permite enlazar más y
más fuentes, multiplicar la cantidad de datos y diversificar los rumbos
de las asociaciones significativas hasta un grado potencialmente infinito. Es
decir, requiere habilidad para discriminar y seleccionar la información
pertinente en el contexto particular de la lectura.
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- Construcción
de una línea argumentativa que dé cuenta de los recorridos realizados.
|
El aporte de estos criterios podrían contribuir a
repensar instrumentos de evaluación que recuperen uno de los usos más
frecuentes para actividades de evaluación que consisten en actividades de
búsqueda, selección y procesamiento crítico de la información.
Una evaluación poderosa, mira en perspectiva y
es formulada en tiempo presente...
Continuando
con el planteo de Maggio, la enseñanza poderosa mira en perspectiva, es decir, promueve la innovación y el
cambio. Este rasgo plantea la necesidad de concebir el conocimiento como
constructo en permanente movimiento y desarrollo. En este sentido, las
aplicaciones digitales contribuyen a la noción de conocimiento flexible y en
transformación. Esta idea de enseñanza se vincula con otro atributo que
menciona la autora; la define como formulada
en tiempo presente: “se piensa, se crea, se inventa, se concibe, se
formula, se diseña para grupos de alumnos particulares” (Maggio, 2012: 54).
Por más
que repitamos la misma clase, nunca “nos” sale igual y, en realidad, es potente
que sea así. El conocimiento cambia, los contextos cambian, los alumnos cambian
y las nuevas tecnologías ayudan a evidenciar ese cambio. La enseñanza poderosa ofrece en sí una estructura original en
tanto se abre a la incertidumbre. Integrar TIC implica delegar parte del
“control” y ritmo en la tecnología y en los alumnos abriendo la puerta a
infinidad de posibilidades según los contextos y sujetos que participen. Este
margen de flexibilidad potencia abordajes complejos del conocimiento, planteos
que pueden ser divergentes y con finales múltiples para una clase.
Desde
estas ideas de enseñanza poderosa potenciada por las nuevas tecnologías,
podríamos tratar de mirar críticamente el alcance de ciertas prácticas
frecuentes en el diseño de evaluaciones mediadas por las TIC que ponen el
énfasis en el diseño de cuestionarios estructurados y de respuesta
automática.
Se trata
de cuestionarios online (denominados, desde ciertas tradiciones, pruebas de
múltiple opción), que no son originales de los desarrollos tecnológicos (es
decir, existen desde antes), pero que han sido altamente expandidos por las
posibilidades de sistematización, estandarización y automatización que la
programación informática ha logrado.
Se pueden
nombrar miles de ejemplos de estos formatos y en casi todos los casos podríamos
formularnos preguntas similares. Se trata de reflexionar sobre este tipo de
instrumentos en términos de la validez significativa o auténtica y asociarla con
la validez de la enseñanza.
La evaluación poderosa, de huellas que
conmueven...
Desde
allí, podemos analizar lo que posibilita o no, en cada contexto particular, el
instrumento diseñado. Maggio continúa analizando los rasgos de la enseñanza
poderosa y agrega a las ideas de conocimiento flexible, en movimiento, ligado a
la incertidumbre, etc., una característica central en estas prácticas que
asocia la posibilidad de vinculación afectiva que construye el sujeto con el
conocimiento que está aprendiendo. “Cuando la enseñanza es actual y
originalmente concebida, ayuda a pensar y a ver en perspectiva, deja marcas que
perduran” (Maggio, 2012: 60). La enseñanza poderosa conmueve y perdura ya que
comprende que el conocimiento atraviesa a los sujetos epistemológicamente y
emocionalmente. Pensar la enseñanza desde la emoción significa potenciar su
rasgo comunicativo y ciudadano. Formar sujetos que sepan comunicarse,
expresarse y defender sus ideas, es garantizar ciudadanía que solo perdurará en
la medida en que atraviese el plano emocional. Las tecnologías abren
exponencialmente la puerta a la emoción; la imagen, el lenguaje audiovisual y
las artes son caminos ineludibles para esa emoción
Nos
preguntamos, entonces, qué tipo de prácticas evaluativas les permiten a
nuestros estudiantes vincularse controversialmente con el conocimiento al punto
que los involucre emocionalmente y despierte profundos sentimientos de
compromiso epistemológico, ideológico, político y que los motive a expresarse,
participar y construir su ciudadanía. Este tipo de vinculación con el
aprendizaje ya ha sido desarrollado por teóricos preocupados por promover
aprendizajes complejos antes de la integración de las nuevas tecnologías; sin
embargo, lo que hoy instalan las TIC por su expansión y velocidad es una
responsabilidad moral de asumir la complejidad como forma de entender la
enseñanza y la evaluación.
A
continuación, parece oportuno recuperar el aporte de Lauren Resnick (1999),
enunciado hace casi 15 años atrás, sobre los rasgos que debe tener un
pensamiento complejo para interpelarnos sobre los desafíos de la evaluación
mediada por las nuevas tecnologías.
Esta
autora sostiene que se puede reconocer la presencia de un pensamiento de orden
superior cuando tiene las siguientes características (a partir de esta
caracterización nos atrevemos a pensar los desafíos que implica para la
evaluación promover un pensamiento complejo y cuáles podrían ser las ayudas que
ofrecerían las TIC para lograrlo):
Pensamiento de orden superior, según Resnick
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Desafíos que formula para la evaluación, según la
perspectiva de esta clase
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Potencialidades que ofrecerían las TIC
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Es no
algorítmico, es decir, el curso de acción no está plenamente especificado de
antemano.
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Si es
no algorítmico, ¿cómo determino qué voy a considerar un razonamiento válido
(para no formularlo en términos de verdadero o correcto)?
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La profunda formación
disciplinar orientará la respuesta. En este sentido, las TIC promueven
aproximaciones al saber de manera desregulada, actualizada y dilemática.
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Tiende
a ser complejo. El camino total no es visible (psíquicamente hablando) desde
ningún punto de vista ventajoso.
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¿Cómo
garantizo la construcción de ayudas para que la fragmentación y la
complejidad no sean paralizantes? ¿Cómo determino los saberes previos mínimos
que serán necesarios para asumir esta nueva complejidad?
|
Cada propuesta deberá tensar
las ideas de diversidad, inclusión y evaluación significativa trabajadas en
esta clase y en la anterior. Las TIC ofrecen la sensación de multiplicidad,
instantaneidad, fugacidad, saturación y superposición, que tienden a
potenciar esta idea de complejidad.
|
Ofrece,
con frecuencia, soluciones múltiples (cada una de las cuales tiene su costo y
beneficio), en lugar de soluciones únicas.
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¿Cómo
promuevo la construcción de un pensamiento que tienda a la controversia
cuando la tradición del saber escolar es borrar esas ambigüedades?
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Las TIC son fuente de múltiples
voces; conviven en los medios y tecnologías digitales múltiples versiones de
la realidad que, para ser comprendidas, necesitan ser contextualizadas y
situadas en marcos particulares.
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Involucra
interpretaciones y juicios matizados.
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¿Cómo
construyo desde la evaluación el margen para que convivan como respuestas
válidas interpretaciones y juicios no objetivos y parcializados?
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Los medios y las TIC, al ser
fuente de múltiples voces, son producto de sujetos y colectivos concretos que
construyen sus ideas, saberes y conocimientos desde sus vivencias locales e
intereses particulares. Promover la habilidad de situar cada discurso
ayudaría a respetar la diversidad de voces e incluso a tomar posición
respecto de un tema particular.
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Implica
la aplicación de criterios múltiples, que a veces entran en conflicto entre
sí.
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¿Cómo
regulo el conflicto para que permita extraer conclusiones y posturas
personales?
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Será necesario construir
claramente las dimensiones desde las cuales se pretenden los abordajes para
que la complejidad no sea inabordable. En este punto, las TIC ofrecen
espacios potentes para la deliberación y construcción de marcos
interpretativos colectivos y colaborativos (herramientas de la Web 2.0 que
permiten la colaboración y edición online).
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A
menudo, incluye incertidumbres, ya que no todo lo que se presenta en la tarea
es algo conocido.
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¿Sería
posible pensar que en una evaluación un alumno plantee que no tiene respuesta
para determinado tema o incluso que manifieste que no sabe cómo responder?
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Este tipo de incertidumbres
podrían ir expresándose a lo largo de todo el proceso de evaluación. Es
decir, no siempre la evaluación debe ser al final del resultado. En este
sentido, las herramientas (tipo portfolios digitales), que permiten registrar
los procesos personales, pueden ser opciones interesantes.
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Exige
autorregulación del proceso de pensamiento. No reconocemos la existencia de
este tipo de pensamiento cuando es otro quien establece cada uno de los pasos
que se deben dar.
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¿Cómo
puedo acompañar desde los diseños de las evaluaciones esos procesos de
autorregulación? ¿Cómo enseño a los alumnos a que se autoevalúen?
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Las posibilidades de registro
que ofrecen las TIC sobre los procesos de creación de los estudiantes
permitirían al docente acompañar sus procesos de autorregulación (reportes de
registros de participación, acceso a versiones anteriores, editores online podrían
ser algunas de estas herramientas).
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Es
esforzado ya que exige un considerable trabajo psíquico en las elaboraciones
y juicios necesarios.
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¿Es
factible medir en una evaluación el esfuerzo, el trabajo y la energía
involucrada en la realización de una tarea? ¿Este esfuerzo y este compromiso
deben ser evaluados?
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Si sostenemos que los procesos
de involucramiento emocional de los alumnos son centrales en el aprendizaje,
este rasgo necesariamente debe ser parte de las propuestas evaluativas. En
este punto, las TIC son potentes herramientas de expresión con el uso de
imágenes, sonidos, textos literarios que permitan a los estudiantes expresar
sus estados emocionales en relación con la apropiación de un contenido
particular.
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Desde
estas definiciones, reflexiones y pistas de las relaciones entre la evaluación
y las TIC, el desafío es construir una evaluación poderosa que potencie un
pensamiento de orden superior
Construyendo criterios de evaluación para una
enseñanza memorable
El
concepto de Pedagogía de la Esperanza de Freire, que plantea una manera
de entender la enseñanza como acto político, auténtico y memorable. Desde esta
complejidad, ¿cómo pensar la evaluación?
Criterios
de evaluación
Con la finalidad
de ponerlos en situación de una práctica auténtica de evaluación. Además se
pretendiendo que sea colectiva, con la finalidad de poder observar, comparar y
reflexionar sobre la propia propuesta a partir de la producción de los
compañeros.
En
particular podrán ser criterios de evaluación:
- capacidad
de selección de un recurso TIC que potencie el abordaje del contenido que
pretenden evaluar con la consigna (pueden tomar la decisión de evaluar
sólo una parte del contenido, pero debería quedar explicitado el por qué
de esta selección).
- capacidad
de diseño de criterios de evaluación que transparenten los procesos de
aprendizajes que se pretenden promover.
- capacidad de traducir en la formulación de las consignas las ideas de evaluación como práctica inclusiva, auténtica y memorable. originalidad y creatividad en la consigna a la vez que factibilidad de realización.
Fuentes: http://aulapostitulo.educ.ar/
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